Viaje a Vietnam

Viaje a Vietnam.

(13 de enero al 13 de febrero de 2018).

Vietnam es un país que siempre me ha llamado la atención. Siempre he visto fotos y vídeos en los que se aparecen unos paisajes espectaculares y quería verlos en persona. Cuando pensé en ir a Camboya y Laos, mi intención era también ver Vietnam, pero me di cuenta de que iba a ser mejor dejarlo para otro momento, ya que era demasiado para un mes. Una gran decisión, ya que aun estando un mes solo en Vietnam, me he ido con la sensación de que me han quedado muchísimas cosas por ver y por disfrutar.

Como suelo hacer, he estado mirando algunas webs y tomando algunas notas sobre sitios que me pueden gustar, por tener una referencia, ya que voy sin ningún plan preconcebido. Tengo billete hasta Vietnam y nada mas. A partir de ahí, lo que el cuerpo me pida. Total libertad, sin prisas. Como a mi me gusta.

En esta foto podéis ver esas notas de las que os hablo. Suelo hacer algo parecido antes de cada viaje. Apunto sitios que me pueden gustar y luego sobre el terreno decido si los veo o no. Pero al menos tengo alguna referencia y algo con lo que comenzar.

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De nuevo elijo una de mis compañías aéreas favoritas, ya que van a ser dos saltos largos, y es mejor ir comido y bien atendido. Siempre prefiero pagar un poco mas para volar lo mas cómodo posible, ya que son muchas horas, y si vas mal, puede convertirse en una pesadilla. Siempre miro que no sean muchos saltos, dos a ser posible, y que el avión lleve sistema multimedia, ya que te pones a ver pelis y las horas se te pasan volando, y nunca mejor dicho.

Tras muchas horas de vuelo, que se me pasan casi sin darme cuenta, llego por fin a la capital de Vietnam: Hanoi. Comienza la aventura.

Día 1. Toma de contacto.

Más bien, primeras horas, ya que he llegado al medio día.
Esta madrugada, mientras esperaba en el aeropuerto de Dubái, reserve un hotel en Hanói. En el centro, con servicio de recogida en el aeropuerto, desayuno incluido, por 15 euros la noche.
Puede parecer que está tirado de precio, pero aquí no lo es. Puedes dormir perfectamente por un tercio de ese precio, pero hay que aprovechar para disfrutar de un hotel en condiciones ahora que puedo. No se que me encontraré cuando tiré para el campo.
Tras dejar mis cosas en mi súper habitación (me han dado una familiar con dos camas grandes ya que no les quedaban individuales), me he dedicado a lo que suelo hacer cuando llego a un sitio nuevo: caminar sin rumbo ni concierto.

Me gusta hacer esto para perderme y empaparme de lo que me rodea. Voy caminando por donde me lleven mis ganas de conocer.
Tras callejear un rato he acabado en el centro, por los alrededores del lago Hoàn Kiem.
Me ha encantado lo poco que he visto, tanto que ya he reservado habitación para otra noche.
Todas las calles llenas de vida. Gente por todos lados, disfrutando de su ciudad y de sus amigos.
Me ha llamado mucho la atención ver como todo el mundo se divertía en grupos. Había adolescentes sentados en círculo jugando a cartas (al uno), otros grupos tocando música y cantando (¡incluso bailando!), otros con monopatines, niños jugando a juegos que por desgracia ya se han perdido en nuestro país… Pero todos en grupos grandes.


Todo el centro está lleno de restaurantes, hoteles y tiendecillas. Aunque se veían turistas, la inmensa mayoría era gente local. Eso hace que disfrutes aún más de la ciudad y que sientas que realmente estas lejos de casa.
No podían faltar los puestecillos de comida callejera y, como no, no he podido resistirme a probar algunos. Me encanta cenar así. Estaban realmente ricos.
En el lago hay un pequeño templo (no es como los de Tailandia) pero aún así era llamativo. Seguro que a una que yo me se le habría gustado mucho. Había que cruzar un bonito puente rojo de madera para llegar a el.
Me he dedicado a absorber todo lo que esta parte de la ciudad me ofrecía. He podido hacer fotos de las que me gusta hacer. Fotos de gente corriente que está realizando tareas cotidianas. Una pena que no sea un gran fotógrafo y que no tenga una buena cámara.

Conforme oscurecía, y como suele pasar en todas las ciudades de esta parte del mundo, las calles se han llenado aún más si cabe de gente, de motos, de ruido, de actividad. Las ciudades asiáticas por la noche son muy diferentes a como son de día. Hay que conocer ambas.
Hoy sin embargo estoy cansado. He vuelto al hotel a darme una merecida ducha y a arreglar un poco mis cosas. También he aprovechado para coserle a mi mochila una nueva bandera (y ya van unas cuantas). Mañana será otro día. Os mantendré informados.25

Día 2. Hanoi.

Hoy si he pasado el día completo en Hanoi. Tantas horas han dado mucho de sí.
Tras desayunar, he visto en un mapa en la recepción que muy cerca se encontraba el “Templo de la Literatura». Como tenía que volver a medio día para cambiarme de habitación, he pensado que sería buena idea ir a verlo.
Aunque era temprano, las calles ya estaban rebosantes de vida . He aprovechado para hacerle fotos a la gente, sobre todo a vendedores ambulantes y a trabajadores. Me gusta observarlos. Se aprende mucho de como se vive en un país con el mero hecho de observar a sus gentes.


No he tardado en llegar al “templo». Lo pongo entre comillas porque más que un templo se trata de una especie de Universidad milenaria en la que se han formado los eruditos y doctores más importantes de Vietnam durante muchos siglos.5
Tiene una historia muy interesante, así que os animo a que la busquéis in Internet (para no contaros aquí todo el rollo). Los estudiantes debían seguir unas normas muy severas de conducta y pasar por innumerables exámenes. Eso sí, graduarse aquí les permitía acceder de forma automática a los mejores puestos.
El complejo está formado al principio por bonitos jardines y lagos, y luego se encuentra un templo dedicado a Confucio y los edificios donde estaban los alojamientos y demás.
De entre todas las reglas, me han llamado la atención lo que pasaba si llegabas tarde a una clase. La primera vez tenías que copiar más de 100 folios. Si reincidias las penas iban en aumento. La mejor de todas: la cuarta vez que llegabas tarde, te obligaban a hacer el servicio militar 😂😂😂😂. Así debía ser por aquellos años…

Me habría quedado sentado en algún patio o jardín un buen rato, pero ya iba tarde para cambiar de habitación. Tuve que salir pitando. Hice bien porque justo cuando me iba llegaban hordas de turistas en varios autocares (lo digo como si yo no fuera uno mas). Visto lo visto, conviene ir temprano.
Tras mudarme a mi nueva habitación, me fui a pasear, esta vez sin rumbo. Utilizo la “técnica del Google map”, conocida antiguamente como “técnica del mapa». Ando sin dirección hasta que estoy totalmente perdido. Entonces me ubico con el Google map y repito la operación. Antes lo hacía a la vieja usanza, con un mapa y preguntando, pero hay mucha gente que no sabe ubicarse en un mapa de su ciudad (problemas lingüísticos aparte).
Esta “técnica” me permite pasear como me gusta, sin prisas, sin un destino determinado, y descubrir sitios muy interesantes.
Caminando estaba cuando he visto mi imagen reflejada en un escaparate: llevaba una sonrisa de oreja a oreja. No me había dado cuenta de ello. Estaba disfrutando como un niño pequeño el día de Reyes. La gente es feliz por distintos motivos. Yo sólo necesito esto. Perderme en un lugar lejano y desconocido. Viajar. Esta es mi felicidad.
Tras un buen rato de caminar he llegado a las puertas del Museo de la Historia Militar de Vietnam. Hoy cerraba, pero se podían visitar los jardines en los que había algunas cosas interesantes. Se ve rápidamente que el pueblo vietnamita está muy orgulloso de su victoria sobre Estados Unidos.

Después de pasear un rato entre carros de combate y aviones, he seguido caminando hasta que he visto una señal que indicaba el Mausoleo de Ho Chi Minh. He llegado justo a la hora del relevo de la guardia.122313Justo al lado esta la Pagoda de un solo pedestal (o algo así). No es algo espectacular que digamos. Esta construida sobre una sola columna y poco mas.22
Seguí caminando hasta llegar a unos lagos que están al norte de la ciudad vieja. En uno de ellos había un templo con una bonita pagoda. No muy grande ni espectacular, pero bonita al fin y al cabo.21
Llevaba muchas horas caminando, así que me he sentado en un puestecillo y he probado el «café de huevo». Le ponen por encima una especie de natilla riquísima.29Luego he vuelto al hotel a descansar un poco y a hacer tiempo para que anocheciera. Hoy quería visitar el mercadillo nocturno. Más que mercadillo se trata de una larguísima calle de tiendas (que también están abiertas durante el día), aunque por la noche ponen más puestos y se llena de gente.26
Antes de volver al hotel me he sentado a cenar en un restaurante local. Por probar, me he pedido una de rana frita y unos noodle de arroz con carne de cerdo (corazón, para ser más exactos). Todo muy rico y mi estómago perfecto (todavía).
Y esto ha sido todo por hoy. Mañana me escapo de excursión, a mi bola. Ya os cuento.
Día 3. Pagoda del Perfume.
Hoy me he escapado a unos 70km al sur de Hanoi para ver la Pagoda del Perfume. No se muy bien lo que es, pero he visto que la excursión la ofrecen en todo los sitios.
Para variar, he ido por mi cuenta. Un par de autobuses hasta llegar a Ben Duc (2 horas y media mas o menos) y aquí alquilar una barca que te lleva por el río Yen Vi hasta la montaña en la que se encuentra la cueva. Por lo visto la Pagoda está dentro.1
El paseo en barca ha durado más o menos una hora. Había mucha niebla pero aún así se vislumbraban montañas puntiagudas cubiertas de selva en las márgenes del río.

La señora que iba remando me ha ido contando que en época de festival acuden hasta 60 mil personas al día. Por eso vi antes que había barcas amontonadas por todas las calles.22Hoy sin embargo es temporada baja y no hay casi nadie. He visto un ómnibus con unos 10 turistas y nadie más.
También me ha contado el por qué de tan masiva peregrinación. Dentro de la cueva, además de la “famosa” Pagoda, se encuentra un pequeño templo dedicado a la mujer buda. Según me ha dicho, hace unos siglos, una princesa que no quería casarse se retiró a esta montaña y allí conoció a Buda. Se hizo seguidora de sus enseñanzas.
Pasado un tiempo, un emisario fue a buscarla para darle la noticia de que el Rey, su padre, quería verla ya que se estaba muriendo.
Buda le dijo a la princesa que si sacrificaba sus ojos y sus manos, el Rey se recuperaría. Y así lo hizo ella, aunque murió tras dicho sacrificio. El Rey se recuperó y pidió ver a su hija, por lo que le contaron lo que había pasado. En honor a ella construyó el templo en la cueva.
Buda por su parte, viendo lo que había hecho la princesa, la recompensó con un lugar en el cielo. Mientras la princesa ascendía, oyó como la gente sufría y rezaba por lo que decidió quedarse a medio camino, para estar más cerca de ellos y poder ayudarlos.
Es por esto, por encontrarse más cerca de nuestro mundo que Buda, por lo que tiene tantos seguidores, quienes van a visitarla en su festival anual para pedir salud, dinero y amor. Muy bonito todo. Al estar más cerca se supone que les hará más caso o que será mas fácil que le lleguen sus peticiones.15
Tras el rato en barca, el cual he disfrutado mucho por los paisajes y el silencio reinante, hemos llegado a un embarcadero donde me he bajado. Tras preguntar, me han dicho que había dos formas de subir: andando (una hora aprox) o en teleférico. Mientras me lo pensaba me he sentado a comer algo de comida local. No he pedido nada especial. Me han traído un plato de arroz blanco y luego otro con cosas varias (pescado, cerdo frito, verduras…). Total, que me he puesto como el kiko y he tenido que elegir opción teleférico.
Tras apenas unos minutos en los que casi no se veía nada, quitando alguna montaña que ha pasado demasiado cerca para mi gusto, se llega arriba.

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Ahí está la entrada a la cueva, pero para llegar a ella hay que bajar una pila de escalones. Me he acordado del arroz y de todo lo demás.

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La cueva es bastante más grande de lo que imaginaba, y lo primero que se ve es la famosa Pagoda del perfume. Aunque he preguntado, sigo sin saber por qué se llama así. La cueva sigue y al fondo del todo es donde se encuentra el altar o templo de la mujer Buda. La estatua parece Shiva, ya que tiene multitud de brazos (y ojos si te fijas bien). Esto es por el sacrificio que hizo.

Había gente rezando así que me senté en un rinconcito e hice lo propio. La verdad es que se nota que es un lugar especial, sagrado.

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Es algo que no se puede explicar, pero que he sentido en muchos otros lugares sagrados de diferentes religiones. Yo no es que sea muy religioso (si es que lo soy algo), pero no puedo negar que estos sitios me hacen sentir algo especial.11
Tras un rato he bajado al embarcadero, esta vez caminando y me he encontrado con un templo muy chulo. En pleno valle, rodeado de altas montañas y con ese estilo tan característico que tanto me gusta. Torres, jardines y amplios edificios con templos en su interior.19

Aquí me he enterado de otra cosa. Entre los animales sagrados vietnamitas se encuentra el “Unicornio”. Me ha sorprendido mucho, aunque cuando me han indicado una escultura he visto que de unicornio no tiene nada. Es una especie de león raro (aquí lo veis abajo).

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Me he quedado otro rato disfrutando del lugar aunque no todo lo que habría querido ya que no quería perder el último bus.
Vuelta a la barca, esta vez con menos niebla el paisaje era más espectacular si cabe, y otras casi tres horas de buses.

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He vuelto al hotel a por mis cosas y ahora marcho a la estación de tren, rumbo norte, a un pueblo situado justo en la frontera con China. ¡Mañana os cuento!

Día 4: Sapa.

Ayer os deje camino de la estación de tren. Cogí un tren nocturno hacia el norte, hacia las montañas. Mi intención era llegar a Lao Cai, una ciudad justo en la frontera con China. Pasar algún tiempo allí y luego seguir a Sapa, otra pequeña ciudad entre las montañas muy famosa por aquí (y muy turística como luego he visto).
Coger un tren (o bus) nocturno tiene varias ventajas. Entre ellas que te ahorras pagar una noche de hotel y por otro lado, aprovechas mejor el tiempo. Vas durmiendo y al despertar ya estás en otro lugar.
Como había leído que aquí los trenes nocturnos van petados, compré el billete por Internet. Hay un montón de compañías de tren que hacen este trayecto. Te ofrecen desde camarotes de lujo a… a lo que pille yo 😂😂. Siguiendo con mi campaña de ahorro (porque en los últimos días me daré algún capricho), elegí la opción más barata. Tren con la “Renfe» vietnamita y en la cama más barata de todas.
La estación no es muy grande y es fácil encontrar el tren. Fui el primero en llegar a mi compartimento, de 4 camas. No está nada mal para el precio que he pagado.

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Pasa el tiempo y no viene nadie. Es raro. El tren sale y estoy sólo. ¡Todo el compartimento para mi sólo! (luego vi que iba sólo en todo el vagón).
Esta es una de las ventajas de viajar por estos lares en temporada baja. Aquí es invierno. Hace más frío, pero casi no llueve (no hay mosquitos). Además todo es mucho más barato. Por no hablar de que casi no hay turistas. Para mí son todo ventajas.
Total, que cerré la puerta del compartimento por dentro, me puse cómodo y me acosté. Es ahora cuando note lo poco que había pagado.
Veréis. En los trenes, tanto camas como asientos, los hay duros y blandos. Esta era cama dura. No hay colchón como tal, es más parecido a una colchoneta de esas de gimnasio que son super duras. El caso es que la cama blanda cuesta más del doble y yo cuando tengo sueño me quedo dormido de pie si hace falta. Estuve cinco minutos buscando una posición cómoda (como los gatillos) y me quedé frito.
A las 5 y media de la mañana llegamos a Lao Cai. Noche cerrada y un pelín de frío. Que hago yo aquí a estas horas? Pues nada. Mejor sigo camino. Cogí un bus público que te lleva por más o menos un euro a Sapa.

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De camino va amaneciendo y empiezo a darme cuenta de donde estoy. La carreterilla discurre por un valle rodeado de montañas por todos lados. Hay mucha niebla.
Tras poco más de una hora, llego a mi destino. Ya es de día, y toca buscar alojamiento. Casi todo está cubierto de niebla y hace tela de frío. Las calles embarradas. No me causa muy buena impresión Sapa.

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Para no recorrerme la ciudad de hotel en hotel, miro en booking por tener una referencia de precios y veo que un hotel tiene una oferta del día muy apetitosa. Esta a la cuarta parte de lo normal. Esta muy cerca así que para allí que me voy. Por 7 euros me dan una super habitación con dos camas grandes, cuarto de baño propio y con agua caliente (importante). El único pero es que se encuentra en una de las colinas y hay que subir muchos, muchos escalones. Esta es solo la primera escalera. Luego hay unas cuantas mas.

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¿He dicho ya que hace tela de frío? Menos más que vengo preparado con un buen abrigo, gorro de lana y demás apechusques.
Es muy temprano, ni las ocho de la mañana. Desayuno un buen cuenco de sopa caliente con arroz y cosas varias para entrar en calor y me pongo a pensar sobre que hacer.
La verdad es que me imaginaba otra cosa. Sólo veo calles embarradas y niebla. ¿Y si me piro en el siguiente bus?
Me pongo a curiosear en Google Maps para ver que hay por aquí y veo que hay un pueblo cerquita. He venido aquí con el objetivo de hacer senderismo y disfrutar de la naturaleza, así que aunque haga tanto frío y no se vea nada por la niebla, decido ir caminando a Cat Cat, que así se llama el pueblo.
Es cuesta abajo y sólo hay que seguir la carretera. Habría sido mejor por un sendero pero con este tiempo no me voy a poner a buscar.
La niebla se levanta algo y ya se vislumbra un poco el valle en el que estoy . Tiene pinta de ser muy bonito. También se ven carteles y publicidad del pueblo por todos lados. Tiene toda la pinta de que va a ser algo muy para turistas.

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Y así es. Llegado a un punto, hay que comprar un ticket y seguir una ruta con un mapa que te dan. No me voy a enrollar mucho ya que no quiero extenderme más de lo que ya lo estoy haciendo. Es cierto que lo tienen todo muy bien montado para los turistas, pero también es cierto que me gustó mucho. Paseas por el pueblo, con casas típicas de la etnia de la zona (los h’mong). La gente va ataviada con los trajes típicos y es todo bien bonito.

Hay varias cascadas, puentes de bambú… y muchas tiendas de recuerdos.

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Me gustaba mucho todo y cada vez había menos niebla, así que me he emocionado y he seguido caminando por el valle, esta vez ya si por senderos. Aquí ya he dejado de echar fotos (quería disfrutar más del momento). Sólo os digo que una maravilla. ¡Hasta salió el sol!

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En poco tiempo el chaquetón, gorro y demás, sobraban. ¡Que calor! Cuando llevaba unas horas he vuelto por el mismo camino, aunque esta vez con sol y cuesta arriba. He pagado penitencia por subir ayer a la Pagoda del Perfume en el teleférico, y con creces. Que paliza.
Una vez arriba, frío otra vez. He comido algo, me he duchado (que falta me hacia) y me he echado una siesta (que falta me hacia también).
Por la tarde he estado paseando y disfrutando de la ciudad. Ya sin niebla he podido ver lo bonito de los alrededores y que todo está lleno de hoteles y restaurantes.

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Hay muchas mujeres de diferentes etnias que te ofrecen hacer senderismo con ellas, e incluso visitar sus pueblos y quedarte a dormir en sus casas. Esa era mi idea al venir aquí, pero después de la paliza de hoy y del frío que hace, lo voy a dejar para otra vez 😆. Estas mujeres son muy pequeñitas (los hombres también lo son), no creo que midan más de un metro y medio, pero aun llevando cargas en las espaldas, van a un ritmo por los caminos que fijo que no aguanto ni media hora.

Es curioso que hay una plaza con una iglesia. Al atardecer se ha llenado de gente jugando al fútbol y a balón volea, niños correteando y familias simplemente paseando. Me he sentado en unos escalones y allí me he quedado pensando en mis cosas más feliz que una perdiz. Cuando me he dado cuenta había pasado más de una hora y ya era noche cerrada.
Vuelve a hacer mucho frío. He cenado otra sopa calentita (con carne de bisonte) y de vuelta al hotel.27
Aunque la primera impresión no fue buena, me alegro mucho de haberme quedado aquí. Mañana más.

Día 5: Una de cataratas y adiós Sapa.

Hoy me he despertado temprano. He pasado tanto frío está noche que me tuve que echar los edredones de las dos camas.
Tras una ducha para entrar en calor, me he ido a la calle. Por aquí cerca hay varias cataratas y me gustaría ver una de ellas: la catarata de plata.
Esta un poco lejos para ir andando. Me quedan dos opciones: moto taxi o taxi normal. Viendo como están de encharcadas las calles y el estado en el que se encuentran las carreteras, me decido por el taxi-coche. Es más caro pero más seguro. Aún me quedan muchos días de viaje como para piñarme ahora con una moto. Ya he tenido la experiencia de viajar con un hueso roto y no mola.
El taxista no habla inglés apenas pero logramos entendernos. Menos mal que no elegí opción moto. Hay muchas obras y muchos trozos sin asfalto y llenos de boquetes (baches no, boquetes 😆).
Pese al mal estado de la carretera, el paisaje es muy bonito. Al poco de salir dejamos la niebla abajo (el camino no deja de subir) y en el cielo brilla el sol. Le pido al conductor que pare un par de veces ya que las vistas son impresionantes. Terrazas de arroz por todas partes y las nubes tapando la parte baja de los valles. ¡Pero que bonito!

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Tras poco más de media hora veo la “catarata». Es fácil de ver porque está justo junto a la carretera. Es alta. No se, entre 100 y 200 metros, pero trae muy poca agua (desventaja de venir en invierno-época seca).
Hablando más de este tema, y ya que me han pedido que me enrolle, si quieres ver cascadas o terrazas de arroz en todo su esplendor, es mejor ir en verano-época húmeda. Esto se aplica a todos los países de por aquí. Verás muchos campos de arroz preciosos y unas cataratas llevando mucha agua, pero también tiene sus inconvenientes . Ayer os conté algunos (mosquitos, calor asfixiante…), a lo que hay que sumar riadas, movimientos De tierra e inundaciones.
Por aquí cuando dice de llover, llueve. Eso no facilita para nada los movimientos y te puedes quedar tirado en algún sitio porque una carretera se ha derrumbado o un río desbordado. Sólo he viajado por aquí una vez en verano y tuve que salir en barca de un pueblo al que había llegado en bus público. Tiene su parte de emoción y hasta me gustó, pero puedes tener mala suerte, no poder salir o pasar por donde quieres y tu viaje se va a la mierda.
Volvamos a lo que estábamos. Desde la carretera antes de llegar se veía un hilillo de agua cayendo bastante feo y montones de puestos de gente local vendiendo recuerdos para turistas. Una mierda vaya.
En ese momento, quizás porque vio mi cara de decepción, el conductor me dijo que cerca había otra catarata muy bonita.
Ni nos paramos. Seguimos hacia las “cataratas del amor”. Así se llaman.
Están muy cerca, como a un kilómetro. Hay una zona de aparcamiento, un par de edificios y una taquilla para pagar. No se ve ni se oye ninguna catarata.
Tras pagar unos dos euros y medios en pichiclines, comienzo a seguir un caminillo elevado de piedra muy bien hecho. Así cuando llueva y se embarre todo la gente puede caminar en condiciones.

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El camino baja (luego habrá que subirlo) adentrándose en el valle. Esto es precioso. He ido muy despacio para disfrutar del paisaje y de la paz (no había nadie, sólo yo).

Al rato llegas a un río. Si sigues el camino te encuentras con varios saltos de agua y con la catarata al final. No es que sea espectacular, pero el lugar en el que se encuentra si lo es. Es una maravilla. Mucha humedad, agua cristalina, abundante vegetación…

Me he quedado un buen rato por allí. Aún no le había pagado al taxista así que no tenía miedo de que se fuera a ir 😆.
Al volver le he dado las gracias al taxista por haberme traído a in sitio tan bonito y hemos vuelto a Sapa. En la otra catarata ni nos hemos parado.
Llegó la hora de dejar mi frío hotel. He preparado la mochila y he salido hacia la parada de autobuses. Aún falta media hora para que salga por lo que he ido a curiosear al mercadillo.

El viaje de vuelta a Lao Cai ha sido muy diferente al del otro día. Hay sol y se ven las espectaculares montañas (y barrancos) al lado de la carretera.
He llegado a Lao Cai sobre la hora de comer, así que me he sentado junto a la estación de tren y he pedido unos tallarines con cerdo frito rico rico.22
Luego quería dar un paseo para conocer un poco la ciudad y, sobre todo, para acercarme a la frontera con China. Lao Cai es una ciudad fronteriza. China es uno de los muchos (muchísimos) países que tengo en mi lista de espera. Quiero ir aunque sea a la frontera para ver como es.
Antes de nada tengo que buscar donde dejar la mochila para ir más cómodo. La opción más fácil es ir a un hotel y pedir que te la guarden (por un módico precio, claro). Otra opción es hacer lo propio en el restaurante donde he comido. Elijo opción hotel porque hay uno aquí al lado con muy buena pinta y la señora del restaurante no habla nada de inglés.
Al pasar por delante de la estación de tren me paro a preguntar. No hay consigna pero lo mismo conocen algún lugar.
La señorita de la ventanilla donde venden los billetes me dice que ella me la cuida por un euro o así al cambio. Me hace dar la vuelta al edificio y entrar por una puerta para el personal que trabaja en la estación hasta llegar a las ventanillas. Ahí se ha quedado mi mochila. En otra ocasión os hablo del tema “aprende a confiar”, muy necesario si viajas por estos lares.
La ciudad esta dividida en dos por el “río rojo”. Me he pegado un buen rato caminando por esta orilla y luego he tirado dirección a la frontera. Quería encontrar un sitio donde se viera Vietam y China en una sola foto. Tras consultar el Google Maps he seguido una carretera que me ha llevado a las afueras. Me ha dado un poco de mal rollo porque no había nadie, era todo campo e iba andando por el arcén. En un ratillo he llegado al sitio que estaba buscando, he sacado la foto y he vuelto a la ciudad. La ribera de la derecha es China, y la de la izquierda, Vietnam.24
Esta vez he ido hacia el puesto fronterizo. Me ha sorprendido ver altos y elegantes hoteles y muchos, muchos karaokes. Calles llenas de ellos. Una de dos: o karaoke en vietnamita significa otra cosa, o aquí a los chinos que vienen les ofrecen algo más que cantar 😆.26

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También había muchas mujeres cambiando dinero, con unos fajos de billetes increíbles y mucha gente con muy mala pinta, por lo que he sacado unas fotos y he salido por patas de vuelta a la estación.

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Una anécdota graciosa y muy bonita que me ha pasado a la vuelta. Ha coincidido con la salida de los niños del colegio. Cada vez que me cruzaba con uno me saludaba con la mano, todo sonrientes, y me decían “hello”. Debe ser que dan clases de inglés y al ver un guiri querían practicar 😆. A mi me han alegrado la tarde. Que simpáticos.
Una curiosidad es que no he visto ni a un solo occidental desde que he llegado. Supongo que aquí estan de paso entre Hanoi y Sapa y que no se quedan. Mucho mejor.
Asi que ya sabes, si necesitas desconectar, escaparte (y si te gustan los karaokes), ¡Lao Cai es tu ciudad! 😂
En un rato sale el tren nocturno . He vuelto a pillar cama barata. Si es igual que la del otro día, más que suficiente.
Y mañana…
Mañana lo dejo en manos del destino. Es algo que hago de vez en cuando para darle emoción a la cosa.
Llego a Hanoi a eso de las cuatro de la mañana. Aún hay varios lugares que quiero visitar en el norte. Cuando llegue, miraré trenes y buses. El primero que salga para un destino que me interese, será el ganador.
¡Mañana más!

Día 6. And the winner is… ¡Ninh Binh!

El tren nocturno llegó a Hanoi a las cuatro y media de la mañana. Con mucho sueño, miro las pantallas y veo que a las seis sale un tren hacia Ninh Binh, ciudad que está entre los sitios que quiero visitar. Ya tenemos ganador.
Esta vez toca elegir si asiento duro o blando. El precio de ir sentado a acostado varía ostensiblemente. Si una litera sale por 400 mil pichiclines (la más barata, las de lujo pueden subir hasta cerca de los 2 millones), un asiento blando, sale por cien mil (unos 4 euros). Ni pregunto cuanto sale el duro. Son dos horas y media y no quiero llegar con el culo cuadrado.

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No tengo que esperar casi nada ya que una hora antes ya te dejan subirte. El tren sale con puntualidad y me paso todo el camino dando cabezazos. Que sueño tengo.
En uno de ellos, el encargado del vagón me dice que hemos llegado a mi destino. Menos mal que me ha avisado. Aquí (y en Tailandia también) hay un “encargado» o como lo quieras llamar por cada vagón del tren. Hace las labores de revisor y luego durante el viaje de lo que haga falta. También se encarga de la seguridad y de avisar a sus pasajeros de cuando han llegado a su destino.
Me he bajado del tren, he salido de la estación y he visto que había un hotel justo allí delante. Como las habitaciones estaban bien y a buen precio he cogido para una noche.
Lo que me pide el cuerpo es que me acueste, pero quiero aprovechar el día. Aquí cerca hay un valle muy bonito, Tan Coc, con un río que puedes recorrer en barca. Luego hay unas cuevas allí mismo, algún templo…
Le comento al chaval de la recepción mis intenciones y me saca un plano. Me dice que hay un sitio que está mucho mejor. Esto me hace desconfiar ya que aquí es muy típico que las agencias de viajes sobre todo te digan que mejor vayas a otro lugar donde precisamente tienen ellos un viaje organizado. Ahondando más en este tema, es muy común que gente te pregunte por la calle de donde eres y luego que planes tienes o hacia donde vas. Algunas veces te dicen que donde tu quieres ir esta cerrado por algún motivo peregrino pero que el te lleva a otro mucho mejor (por un módico precio). También pasa con los taxistas y los hoteles. Te dicen que el hotel al que tu quieres ir esta cerrado o lleno y hacen por llevarte a uno donde tienen comisión. Los hay incluso que llaman a algún colega para que os espere justo a la puerta de tu hotel y al llegar se te acerque como si trabajará allí para decirte que el hotel está lleno. Si te pasa alguna de estas cosas, no te fíes y compruébalo por ti mismo.
A lo que iba. Lo que me dijo el de recepción me sonó a esto . La mayoría de hoteles hacen a la vez de “agencia de viajes”, por lo que esperaba que me ofreciera a continuación algún viaje organizado por el hotel a ese otro sitio, pero no.
La verdad es que fue tan sincero que recuperó mi confianza en seguida. Me dijo que podía ir en un viaje organizado, pero que era caro y que no tendría libertad. Que lo mejor era ir en moto, o en bici, pero que en bici eran muchos kilómetros si quería ver varias cosas que quedaban por esa zona.
Ya sabéis que nunca he cogido una moto, y así se lo hice saber. Me dijo que el me enseñaba, pero estaba tan cansado que hoy no era el mejor día para empezar. Pasamos a la opción tres. Contratar una moto con un conductor local que me llevara a todos lado. No salía nada caro teniendo en cuenta que íbamos a estar dando vueltas todo el día.
Hizo una llamada y en unos minutos allí tenía a mi conductor: un señor mayor, muy simpático pero que de inglés, lo mismo que yo de vietnamita.
Me pone un casco y salimos dirección a Trang An, que así se llama el lugar. Allí hay un embarcadero en donde por un módico precio una señora te lleva en su barca durante unas tres horas por un lugar espectacular.


En este punto tengo que pediros disculpas. Trang An y alrededores es posiblemente el lugar más bonito en el que haya estado en mi vida. Es una maravilla. Cualquier cosa que os dijera se quedaría muy corta. Pues bien. He sido incapaz de sacar una foto lo suficientemente buena como para que os podáis hacer una idea de cómo es. Os pongo varias, pero por más que las miro, no hacen justicia (ni de lejos) a la belleza real del lugar.
Por lo tanto, vais a tener que venir para verlo en persona (algun@s ya han tenido esa suerte).27
Vas por un río precioso, rodeado de altos riscos cubiertos de vegetación, y de vez en cuando tienes que meterte en cuevas para atravesar de un lado a otro algunas montañas.

Algunas tan estrechas que pasa la barca justa y te tienes casi que tumbar para no darte en la cabeza con alguna roca. De vez en cuando, un embarcadero con algún templo. Una gozada. Una maravilla que no sabía ni que estaba aquí.

Eso en lo que al paseo en barca se refiere. Bueno, olvide decir que en las orillas se ven muchos colibris de vivos colores. Me sorprendió que hubiera tantos.
Tras el paseo el motero (he olvidado el nombre 😣) me dice que en época alta el río se llena de barcas con turistas. Hoy debía haber 4 o 5 (otra ventaja de viajar en época baja).
Seguimos por caminillos de tierra por los alrededores. Ha debido de ver mi cara de felicidad y se ha esforzado en enseñarme todo lo que ha podido. Hemos pasado por un enorme lago usado para criar patos (había miles de ellos). Me ha llevado a una porqueríza (o como se llame), donde tenían montones de cerdos. Luego por campos de arroz, los cuales estaban inundando y preparando, señal de que pronto comenzarán a plantar. Me ha explicado cómo es el proceso de preparación y siembra (creo) en perfecto vietnamita. Lo que le he entendido es que ahora inundan los campos, los aran con los bisontes y luego plantan los plantones (que ya están crecidos por cierto).

Los plantones los tenían en un apartado del campo cubiertos con unos plásticos. Todos muy verdes y apretados. Ahora los sacan de ahí y los plantan más esparcidos por el campo. ¡Que maravilloso es el lenguaje universal!
Por allí cerca había algunos templos y me ha llevado a visitarlos. No eran gran cosa, pero eran interesantes de ver. Los templos vietnamitas no tienen nada que ver con los tailandeses, las cosas como son.

Llega la hora de comer y paramos junto a la carretera. Me pido arroz crujiente con sopa de cabra. Casi todos los platos que tienen llevan cabra. Con los riscos que hay por aquí no me extraña.29
Tras llenar la panza hemos vuelto a la moto y me ha llevado a otro templo. No es que me entusiasme pero el simple hecho de ir por unos sitios tan bonitos ya es suficiente para mi.
El templo se llama Bai Dinh. Al llegar al aparcamiento hay que coger un cochecito eléctrico para que te lleve a la entrada. ¿Tan grande es esto?
No. Grande no. ¡Es enorme! He visto muchos templos budistas en mi vida. Muchísimos. Este es el mayor con diferencia (bueno, quitando los de Angkor en Camboya).24
Tiene una forma rectangular en la ladera de una montaña. Esta construido en varias alturas, como en terrazas. Cada “terraza” tiene su propio templo. Cuanto más subes, mayor es el templo y las figuras de su interior.

Como una imagen es mejor que mil palabras, mejor buscardlo en Google y veis como es.
Yo no se cuantos escalones he subido hoy. Muchos cientos seguro (¡puede que miles! 😆). Aunque cansado, seguía subiendo con ilusión y curiosidad por conocer como el siguiente templo superaría al que acababa de ver.18El interior es tan espectacular, tan a lo grande, que cuando he llegado al tercer templo me ha sobrecogido tanto que no he podido evitar que se me saltaran las lágrimas. Que preciosidad de lugar. Estaba sólo, así que me he sentado en el suelo, frente a uno de los budas gigantes, hasta que se me ha pasado la llantera. Me he acordado de alguien a quien le habría gustado mucho este templo y quien posiblemente habría derramado alguna lagrimita también 😊.20
El cuarto templo ya no os cuento como es. Venís y lo veis. Arriba del todo hay una estopa, grande como todo aquí, muy bonita, y subiendo más escalones (ya llevo diez mil por lo menos 😂😂) otra figura gigante de Buda, al aire libre.

22

A lo tonto he estado casi tres horas en este maravilloso templo. Nunca habría imaginado que en Vietnam había algo así. Hoy me estoy llevando muchas sorpresas agradables.
El camino de vuelta al hotel lo hemos hecho por caminos de tierra de nuevo. ¡En algunos sitios ya estaban plantando el arroz! Se empieza a poner el sol y la iluminación existente hace que todo parezca más mágico aún si cabe. Me disculpo de nuevo por no tener fotos para que lo veáis. Estas imágenes las he guardado para siempre en mi retina, como si fueran un pequeño tesoro.
Lo primero que he hecho al llegar al hotel ha sido pedir quedarme una noche más (y ya veremos si no son mas). Lo segundo ducharme que falta me hacía. Lo tercero… hacer la colada (si alguien está interesado os cuento otro día lo que suelo llevar en la mochila y veréis por que tengo que hacer la colada de vez en cuando). Para terminar el día, he bajado a cenar.

Ha coincidido que también estaba cenando la familia que lleva el hotel . El abuelo, al verme, se ha ido a la cocina y ha traído una botella de plástico de las de agua pequeña con un líquido amarillento dentro. Me ha dicho que era sake casero vietnamita. Sin decir nada ha servido dos chupitos y me ha dado uno. Aun estaba esperando a que me pusieran la comida, por lo que el brebaje ese que debía tener un muy alto porcentaje de alcohol (y sabía horrible) me ha sentado como un tiro. Me ha rellenado inmediatamente el vaso. Y así tres veces, sin dejar de reírse. Creo que me ha utilizado como excusa para poder pegarse el unos chupitos delante de su familia 😂😂😂. Menos mal que han traído mi plato de cerdo con arroz y con la excusa de que iba a comer me ha dejado tranquilo (no sin antes dejarme el vaso lleno de nuevo).
Y así ha acabado otro día. Me da mucha rabia no poder haceos cómplices de las maravillas que he visto y disfrutado hoy. Hay veces que el paisaje es tan espectacular que es imposible capturarlo en una foto. Hoy es uno de esas veces.
Mañana tengo dos planes: uno para buen tiempo y otro para malo. Espero que haga bueno, porque si es así, me espera una gran aventura…
¡Mañana más!

Día 7. Plan C.
Os contaba ayer que tenía dos planes para hoy dependiendo de si hacia buen tiempo o no. Plan A y Plan B han sido pospuestos para mañana.
Hoy ha tocado Plan C. La única foto que he subido lo resume todo. Anoche me entró hambre y me comí un sobre de frutos secos que me había traído de casa. Siempre me traigo algunos como reserva de guerra, por si un día no encuentro donde comer o me entra hambre como anoche.
Pues bien, los note un poco raros de sabor, pero como estaba medio dormido no le di mucha importancia (error).
Al rato tuve que levantarme a vomitar y he pasado medio día sentado en el inodoro con diarreas.
Esta mañana vi que los frutos secos estaban caducados desde hace mucho. Me molesta porque mirar las fechas de caducidad es algo que hago regularmente.
En fin. He pasado todo el día entre la cama y el cuarto de baño, con vómitos, diarrea y dolor de barriga.
Bajé a recepción a preguntar por una farmacia ya que ésta vez no me he traído nada para la diarrea (otro error).
Me dijeron que ellos me daban unas pastillas que me ayudarían. La señora trajo el botiquín y saco un botecito con estas pastillas amarillas. Me dijo que me las tenía que tomar todas. ¡Todas! ¡Pero si son un montón!
Todas. Y me dio otro puñado para cuando pasarán tres horas.1
Aquí voy a enlazar, ya que hoy no tengo nada de lo que escribir, con el tema “confianza”.
El sudeste asiático es un mundo completamente diferente al que estamos acostumbrados. Es por eso que me gusta tanto. Aquí la gente es buena por norma general y cree profundamente en el Karma.
En todos mis viajes nunca he visto a alguien haciéndole daño a otro. La mayoría de la gente va a tratar siempre de ayudarte. Incluso los listos de los que os hablaba ayer, no lo hacen por maldad, sino por tratar de ganarse algún dinero ya que las cosas por aquí no son fáciles.
El caso es que cuando uno llega, desconfía de todo y de todos. Es parte de nuestra mentalidad y forma de ser europeas. No puedes pegarte un mes (o el tiempo que sea) así. No podrías disfrutar ni un solo segundo. Además, enseguida te das cuenta de que la gente es buena y te dejas llevar.
En Europa no dejaría mi mochila en una cafetería o a un trabajador de la estación, pero aquí lo hago porque se que puedo hacerlo. En Bali, por ejemplo, no hay consignas con llave de las que echas una moneda en los supermercados. Fuera del edificio hay una estantería y ahí la dejas. Esto es España es impensable. Cuando salgas de comprar fijo que tu mochila ya no está. Aquí no pasa nada. Nadie la toca.
Hoy he tenido que volver a confiar. Me han parecido muchas pastillas para tomarlas de una vez, pero la señora sólo quiere que me recupere, así que montón de pastillas para adentro.
Tengo que decir que la diarrea ha disminuido mucho (sólo he vuelto a ir una vez) aunque aún me duele la barriga y he vuelto ha vomitar hasta la primera papilla. Algo es algo. Pasadas las tres horas me he tomado el otro puñado (antes me he forzado a tomar un poco de arroz cocido y un zumo de naranja con azúcar). Les he pedido limones para echarle al agua y he comprado un sprite.
Espero poder estar mejor mañana para poder ver algunas cosas antes de irme.
Si no me he recuperado aun, seguiré en el hotel.
El único consuelo que tengo es que hoy ha hecho mal día y no podría haberlo disfrutado como me habría gustado.
¡Mañana más! (Y mejor, espero).

Día 8. Plan A (hoy sí que sí).

Después de toda la noche sin vomitar y sin diarreas, hoy me he levantado muy animado. El estómago aún está muy revuelto y duele un poco, pero ya no tengo que quedarme encerrado.
No hace sol, hay algo de niebla. Hoy quiero ir a ver otro lugar del que he visto fotos y me impresionaron: Tam Coc.
La mayoría de la gente viene a esta ciudad para ver Tam Coc. Se trata de un valle recorrido por un río entre altos riscos, y puedes recorrerlo en bote.
¿A qué te recuerda esto? Si. Es lo mismo que escribí cuando os hablé de Trang An (donde estuve hace dos días). La verdad es que es muy parecido (aunque yo personalmente me quedo con Trang An).
Ahora toca elegir como ir. Aunque estoy mejor, no estoy al 100%. Me noto como lacio, falto de fuerzas. La opción bici queda descartada (menos mal porque me habría tenido que volver muy pronto).
Hoy va a tocar el Plan A. Es un plan que me da algo de miedo, pero hoy es el día. ¡Sin riesgo no hay emoción!.
El Plan A no es otra cosa que alquilar una moto y deambular por esta maravillosa tierra a mi bola. El problema: nunca he conducido una moto.
Para aquellos que ya lo habéis hecho os puede parecer una tontería, pero a mi es algo que siempre me ha dado mucho respeto, y más viendo como conducen aquí.
Sin embargo, hoy es la única opción viable. Si me pusiera malo, me doy la vuelta y listo. Además no voy a necesitar hacer ejercicio físico, que tal y como estoy, se agradece.
Bajo a recepción y pido que me dejen probar una moto, para ver que tal. Tampoco quería ir a lo loco. Tenían varios modelos con varios precios. Le pido la que sea más estable y más fácil. El modelo intermedio es el que me aconsejan (unos 6 euros todo el día).

5
Antes de nada me enseña como se arranca (ni eso se hacer) y demás cosas. Ahora viene la parte difícil. Me monto y…
¡Esto es una maravilla! Es muy sencillo y divertido. Tenía que haberlo intentado antes.
Me doy una pequeña vuelta por el barrio sin problemas y vuelvo al hotel. ¡Me la llevo!
He de admitir que he pasado un poco de miedo hasta que he salido de la ciudad. Aquí conducen… diferente. Es un caos ordenado, por así llamarlo. Todo el mundo va haciendo pirulas, pero como las hacen todos, se ayudan para que las puedan hacer.
Hay que tener veinte ojos, eso sí, y no distraerse, porque la gente se cruza y se incorpora sin mirar, y los carriles tienen todos doble sentido, ya sea por la derecha o por la izquierda. Vamos, que la gente va por donde le venga mejor, aunque sea a contra sentido.
Una vez fuera de la ciudad todo ha sido muy diferente. Las carreteras secundarias no están muy mal y hay muy poco trafico. Aquí he empezado a disfrutar de verdad de la moto y del paisaje. Ahora entiendo eso de la libertad de la que hablan los moteros.
De camino a Tam Coc me he parado y me he metido por todos los sitios que me ha apetecido. ¡Así si!
Me ha llevado mucho tiempo llegar al embarcadero de Tam Coc, aunque estaba a unos 6 km del hotel. Tanto parar y tanto desviarme… pero ¿quien tiene prisa?. A todo esto, esta mañana desayune un cuenco de sopa de noodles. Me espere un tiempo prudencial antes de salir por si no me sentaban bien pero, por ahora, todo perfecto.
Cuando llego al embarcadero, aparco la moto y voy a la ventanilla para alquilar la barca.

1

No hay prácticamente nadie a esta hora, así que en un momento estoy sentado en mi barca “charlando” con Nam, la señora que va a los remos. Lo pongo entre comillas porque su inglés era muy limitado, siendo muy benévolo.

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Es ahora cuando he entendido la pregunta que me hacías J. el otro día. En Trang An remaban normal, con los brazos, pero aquí… ¡aquí reman con los pies!. Son unos artistas.
Esto es muy bonito, una maravilla, pero no puedo evitar compararlo con Trang An. Aquello me gustó más.


El paisaje, igual de impresionante, pero Trang An es mucho más grande, hay muchas más cuevas y son muchísimo mas largas y espectaculares, y las aguas son cristalinas. Esto es como más salvaje, lo que también tiene su encanto. De todos modos, si tengo que elegir, me quedo con Trang An.

A la vuelta ha pasado algo que no me ha gustado nada. Hemos pasado junto a unas barcas desde las que vendían cosas y una señora por toda la cara, ha empezado a darme cosas de comer y a decirme que se las comprara a Nam. Me ha molestado que tratará de chantajearme emocionalmente de esa forma. Debe ser que la gente no les compra nada y ahora utilizan esta otra táctica.
Tenía pensado darle una propina a Nam al final, asi que pensé en comprarle la comida en su lugar. Cuando pregunto el precio de lo que me había dado me dice uno totalmente desorbitado. ¡Ahora encima me quiere engañar!. Le he dicho que no y he empezado a devolverle las cosas, ante lo que me ha dicho otro precio (un tercio del anterior) que ya si era justo, así que he accedido a comprar.
Ahí no acaba la cosa. Tras pagar y cuando creo que vamos a salir, las oigo a las dos cuchichear a mis espaldas (yo ya estaba mirando hacia adelante). Me vuelvo y veo que Nam le está devolviendo las cosas a la vendedora (o eso me pareció a mi). Ante la pillada in fraganti me hacen ver que sólo querían cambiar la fruta por una chocolatina, porque le gustaba más. Sinceramente creo que si no me hubiera dado la vuelta, habría devuelto todo y se habrían arreglado con el dinero.
Esto ya me ha dejado un mal sabor de boca para el resto del camino. Hay que confiar, pero eso no implica ser tonto, y estas dos han tratado de tomarme el pelo (aunque no les haya salido bien).
Como ya iba esperando, cuando nos acercábamos de nuevo al embarcadero, Nam me ha pedido una propina. Le he respondido que la comida era la propina. Aunque ha insistido, no me he bajado del burro. A ver si así aprende.
Esto en Trang An no pasa. Las barqueras tienen prohibido pedir propinas. De hecho, cuando terminas el paseo, la misma barquera te pasa un papel con una encuesta sobre como ha sido el servicio, y una de las preguntas es sobre si te han pedido propina. Otro punto para Trang An.
Resumiendo. Que muy bonito el lugar, las cosas como son, pero me voy con muy mal sabor de boca.
A continuación he seguido recorriendo los alrededores sin ton ni son, echando mano de Google Maps cuando estaba totalmente perdido. Le he ido perdiendo el miedo a la moto y he acabado metiéndome por todo tipo de carriles y caminos de mala muerte. Es así como he llegado a varios templos y lugares muy interesantes.

Hay un templo al que he ido a cosa hecha (porque salía en Google Maps): el templo de Bich Dong (aunque aquí a los templos los llaman Pagoda, no se por qué).9
Esta en un lugar muy bonito en una ladera escarpada y varias cuevas. Vas subiendo y hay varios templos pequeños, algunos al aire libre y otros en cuevas. Aquí me he dado cuenta de que ha sido todo un acierto no haber cogido una bici. Me cuesta tela subir los escalones. Estoy falto de energía.

Me he recorrido toda la zona de cabo a rabo y aún no es ni la hora de comer. ¿Qué hago ahora? No he tardado mucho en decidirme. Me voy a recorrer los alrededores de Trang An por mi cuenta. He hecho prácticamente el mismo recorrido que el otro día, pero esta vez conduciendo yo.
Cuando ha llegado la hora de comer he parado, no porque tuviera hambre, sino por tratar de coger fuerzas. Los tallarines que me he pedido no me sientan nada bien, pero se mantienen en el estómago.20
Luego me he dedicado a recorrer caminitos y carreteras por donde no pasé hace dos días. Me he llevado una grata sorpresa: ¡ha comenzado la siembra del arroz!. Hay campos de arroz por todas partes. Donde hace sólo dos días había barro y agua encharcada, ahora hay una multitud de personas plantando arroz y todo se está volviendo de color verde. ¡Qué suerte!1516
He descubierto también un lugar “secreto”. Iba por ahí y he visto que en la ladera de una montaña había un entrada a un túnel, con unas banderas y una casetilla fuera. Me he parado a curiosear y he visto que había montones de novias (con sus respectivos) entrando en el túnel seguidos de muchos cámaras. Si dentro van a hacerse fotos los novios debe ser bonito, así que quiero verlo
Aparco la moto y tras pagar una entrada (poco más de un euro) me meto por el túnel. Es bien grande, no penséis que es un túnel pequeño. A través de él pasa una carretera de dos carriles, para que os hagáis una idea.17

Creía que el túnel daba a una cueva, pero no. Da a un lago “secreto” entre altas montañas, al que sólo se puede acceder por el túnel. Y bien bonito que es. Alquilan barcas. Si no hay diez parejas echándose fotos de novios, no hay ninguna.

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Debe ser un sitio típico aquí para eso. La verdad es que bonito es. A saber la de maravillas “escondidas” que tendrá este País…

18

Cuando ya se hacia tarde he vuelto para la ciudad y he ido directamente al centro. Hoy tengo que quitarme todo el miedo a la moto, así que me he expuesto al peor caso. El centro es una locura, pero después de llevar todo el día con la moto, no ha sido tan duro como pensaba. Como dije antes, yendo a una velocidad adecuada y estando bien atento a lo que pasa a tu alrededor, no tiene por qué haber problemas.
Para terminar el día, me he parado en un parque que no estaba mal. He estado un rato allí paseando y poniendo en orden mis ideas (reseteo diario). Había muchas personas mayores caminando, las cuáles me saludaban sonriendo al pasar a mi lado. Incluso unas señoras se han acercado y se han puesto a tocarme la barba 😂😂😂😂. No deben estar muy acostumbradas a verlas. No se. Me ha hecho gracia. También había un grupo grande de personas meditando.

21
Empieza a oscurecer así que llega la hora de volver al hotel. Las prácticas de conducción nocturna las dejo para otro día.
Hoy sin duda me quedo con la experiencia de la moto. Es un pequeño paso para la humanidad, pero un gran paso para mi. Desde hoy podré disfrutar mucho más mis viajes (gracias Marta).
Ya tengo decidido que hacer mañana. Me mudo. Me voy a otro lugar que espero sea tan interesante y bonito como lo que he visto hasta ahora.

¡Mañana más!

Día 9. Cat Ba.

Llevo muchos días viendo ciudad, campo y montañas. Tengo mono de acercarme a ver mi gran pasión: el mar.
En el noreste de Vietnam hay una isla que se llama Cat Ba. ¡Para allí que me voy!
Hay varias opciones para llegar a Cat Ba desde Ninh Binh, que es donde estoy ahora. Como no me decido, pregunto en recepción y me dicen que hay un bus directo que incluso se mete en el ferry y te deja en tu hotel. Todo por 15 dólares. Ni me lo pienso. Las otras opciones que conocía eran mucho más caras , llevaban más tiempo y eran más complicadas.
Han pasado pocos minutos de las ocho de la mañana cuando el bus aparece en la puerta de mi hotel. Va casi lleno, sólo queda el asiento del copiloto, junto al conductor.
El autobús está genial. Los asientos son cómodos y espaciosos y el conductor… el conductor está loco. Vaya sustos que me ha dado. Eso de ir sentado en primera fila tiene sus ventajas (lo ves todo perfectamente y puedes disfrutar del paisaje) pero tiene el gran inconveniente de que ves todas las locuras que va haciendo el que va al volante.
El hombre sabía que tenía que estar en una hora en el embarcadero para coger el ferry a la isla, y le daba igual ocho que ochenta. Iba siempre a lo máximo que podía.
El paisaje era bien bonito así que he tratado de concentrarme en lo que me rodeaba y no en la carretera. Nada más salir de Ninh Bihn, en la carretera que lleva a Nam Dinh (si, suena muy parecido), había montones de tiendas de madera, con almacenes en los que se veian troncos enormes, y muchas tiendas de artesanos fabricando muebles y figuras religiosas de todos los tamaños.
Durante las tres horas y algo de trayecto, hemos atravesado muchos pueblos, campos de cultivo y varios ríos muy caudalosos. Vietnam es el país del agua. Esta por todos lados.
Me ha sorprendido ver que prácticamente en cada pueblo había una iglesia (o dos). Tengo que mirar si es que está zona del país es cristiana o es así es todo Vietnam.
Tras atravesar una larga carretera sobre el mar (que me ha recordado muy mucho a la carretera que lleva a Cádiz desde San Fernando), hemos llegado al embarcadero. No hemos tenido que esperar casi nada y ha llegado nuestro ferry. Vamos que nos vamos. Con razón iba tan rápido el conductor. No es que le dejen mucho tiempo de margen.

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Aunque podías salirte, yo he preferido quedarme sentado en el bus. El ferry no tenía muchos asientos y dentro se estaba más cómodo. Además el trayecto no ha durado ni media hora.
Tras una salida un tanto complicada (han tenido que poner varios troncos entre la rampa y el embarcadero para que pudiera salir el bus), hemos tocado Cat Ba.

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Enseguida se ve que es una isla muy bonita, a lo Jurasic Park. También se nota algo inmediatamente: ¡hace calor! Me he quedado en manga corta. Ahora sólo falta llegar al sur de la isla, al pueblo que lleva el mismo nombre de Cat Ba, donde está mi hotel (reservado anoche a última hora por 8 euros).

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Esta isla está muy cerca de la famosa (y muy turística) Bahía de Ha Long (seguro que has visto alguna foto aunque no sepas que se llame así o siquiera que está en Vietnam).
En mi lista de cosas interesantes o posibles para visitar durante mi viaje (los apuntes que había tomado antes de venir), se encontraba esa bahía. Al mirar en Internet sólo encontré excursiones guiadas en barco durante varios días, pero ninguna opción de verla a tu bola.
Fue una gran amiga quien me dijo que en Cat Ba podías ver otra Bahía, al sur de Ha Long, de igual belleza pero menos turística: Lan Ha. Y esta bahía si es fácil verla por tu cuenta de una forma muy especial que luego os contare. Esta es una de las razones por las que estoy aquí.
Retomando el hilo, el bus me deja justo a la puerta de mi hotel. Aunque había reservado para una noche, tras ver lo bien que está la habitación y lo bien situado que está, pido que aumenten la reserva un día más.
Dejo mis cosas rápidamente y me voy a la calle. Hoy sólo quiero pasear y disfrutar del olor del mar.
En un momento estoy en el paseo marítimo del pueblo de Cat Ba. Se ve que es algo turístico ya que hay muchos hoteles y restaurantes. Salivo cuál perro de Pavlov cuando veo que el plato estrella en todos es el marisco y el pescado. ¡Con lo que a mi me gusta!

7
En la bahía se ven muchos barcos y justo allí hay un puerto de pescadores (en el que me meto a curiosear y a sacar fotos).

1
Como me gusta el olor del mar y sentir su brisa. Como lo echaba de menos.
Paseando he visto como los pescadores arreglaban sus redes, como otros volvían cansados a puerto, otros sacaban el pescado o el marisco y lo vendían allí mismo… Esto me encanta.

 

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Llega la hora de comer y me siento en uno de los restaurantes del paseo. Ahora tengo que hacer un inciso.
Ayer volví a tener diarrea mala a partir de la tarde y durante la noche. Esta mañana aún notaba la barriga rara, así que no he desayunado para evitar que me fuera a dar un apretón en el bus.
Así que tras dos días sin alimentarse, lo que me pide el cuerpo es un bocata de panceta acompañado de huevos y patatas fritas. Sin embargo, he sido fuerte y me he pedido sopa (otra vez), aunque de cangrejo 😊 (con muchos electrolitos eh Raquel 😆).
Luego he seguido caminando tanto por el pueblo como por los alrededores y la barriga ha respondido muy bien. Hoy parece que si.
Son las tres de la tarde y ya estoy cansado de andar. ¿Qué hago?.
Voy a ver si puedo hacer hoy lo que pensaba hacer otro día.
Me dirijo (andando) al cercano puerto de Ben Beo. No es que este muy lejos, pero si que noto que mi cuerpo hoy responde muy bien. Buena señal.
El puerto está en una bahía muy bonita. Hay muchos barcos turísticos anclados (de los que hacen las excursiones) y muchas casas flotantes. En realidad, es todo un pueblo de pescadores flotante.

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Ya no os escondo más la razón de estar aquí. Justo en este puerto se puede alquilar un kayak (o una piragua) para que vayas por la bahía de Lan Ha a tu bola.
Hay varios restaurantes pequeños y en un par de ellos te ofrecen esta opción. Pregunto en uno y me dicen que sí, pero que antes hay que coger una barca que te lleva a otro lugar dentro de la bahía ya que aquí está prohibido porque es peligroso (hay mucho movimiento de barcos). Por un segundo repunta mi desconfianza europea pero la someto con rapidez. ¿Qué me tengo que montar en una barca y me van a llevar por esta zona tan impresionante en una barca para mi sólo? ¡Pues vámonos ya!


Si la zona del puerto es bonita, lo que se empieza a ver fuera es mucho más impresionante aún. Ahora entiendo por qué llaman a Tam Coc (donde estuve ayer) la bahía de Ha Long en tierra. Esto es muy parecido, pero en el mar. Montones de islotes rocosos puntiagudos cubiertos de vegetación por doquier. Precioso. Han sido poco más de veinte minutos y hemos llegado a una casa/restaurante flotante que además alquilaba kayaks y piraguas.
El paisaje es impresionante. El agua muy clara y con una muy buena temperatura. ¿Se podrá hacer submarinismo por aquí? Tengo que mirarlo.
Solo ha habido un pero al paseo en kayak. Como no tenía pensado hacerlo hoy, no venia preparado. Lo suyo es venir en bañador y así poder parar en alguna de las playitas para darte un baño (no en pantalones vaqueros, aunque sean cortos). Me he mojado un poco, pero da igual.P105077414Esto es mágico, y cuando ha comenzado a anochecer, más.21Me he dedicado a ir de un lado a otro unas veces, y a flotar y dejarme llevar por la corriente otras. Es todo un privilegio poder estar aquí. Este va a ser sin duda una de los mejores recuerdos que me llevaré de este viaje (gracias Marta).

Se me echaba la noche encima así que he vuelto y el barquero me ha devuelto al embarcadero. Voy con el culo mojado pero muy feliz.

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Por cierto. Mi estómago, perfecto.
El paseo de vuelta al hotel lo he hecho ya de noche. Un perro un poco cabrón por poco me estropea el día, pero mi pie ha sido más rápido que su boca (siento si algún animalista se molesta, pero entre que te muerda un perro callejero tamaño grande o darle una patada en la boca, lo tengo claro).
Más adelante me he encontrado con otros dos perros, pero estos se han acercado meneando la cola, así que se han ganado unas caricias y que les rasque un poco la cabeza (aunque no niego que cuando los vi me acojone un poco).
Tras cambiarme de pantalones en el hotel y coger una sudadera (ahora si hace algo de frio), me he ido a cenar. No he querido tentar a la suerte aún, así que me he pedido otra sopa 😣 (de marisco) y una ensalada de calamares.
Aún estoy buscando el marisco de la sopa. Y en lugar de caldo, una masa gelatinosa que daba un poco de asquito. Para que me la haya dejado yo casi entera, os podéis hacer una idea. La ensalada, si estaba rica, pero he terminado y aún tenía hambre.
Quería terminar el día viendo un mercadillo que ponen en el paseo. He llegado y casi todos los puestos estaban cerrados. Y los que no, vendían cosas muy típicas para turistas. Nada que me llamara la atención.
Lo que si me ha llamado la atención han sido los puestecillos callejeros de bocatas. ¡Que pintas! He preguntado el precio, así por curiosidad. El de kebab de cerdo con todos los habíos, por veinte mil pichiclines (unos 70 centimos).
Me he pillado uno por si me entrara hambre por la noche o, si no, para llevármelo a la excursión de mañana.24
Y esto es todo lo que ha dado de sí este gran día.
¡Mañana más!
PD: a mitad de post el bocata ya había caído 😂😂😂😂.

 

Día 10. Jurasic Park.
Cat Ba no es una isla muy grande. Puede tener unos 20 km de lado a lado. Sólo tiene dos carreteras principales y digamos que un solo pueblo en condiciones. El resto son poblados pequeñines o casas desparramadas. Las carreteras grandes unen los dos principales puertos de entrada a la isla con el pueblo de Cat Ba.
El plan para hoy es alquilar una moto y recorrer la isla de cabo a rabo, especialmente el centro, donde se encuentra un Parque Nacional que dicen que es muy bonito.
Tras desayunar un buen plato de tallarines con verduritas, he salido en busca de la moto. Hay muchos sitios, por lo que los precios son muy bajos. He visto una que me ha gustado, por lo cantosa que era y la he alquilado. Tres euros por todo el día.1
Aquí vuelvo a hacer un inciso con el tema “confianza”. El señor que me ha alquilado la moto no me ha pedido una fianza, o un documento… nada. Sólo el equivalente a los tres euros. Me he llevado la moto por tres euros. Así de fácil. Si esto lo hacen en España, al segundo día ya no les quedan motos. Aquí sin embargo lo pueden hacer.
Continuo. El pueblo está al sur, así que he seguido una de las carreteras en sentido norte. La que pasa por el Parque Nacional. Quiero ver si es tan bonito.
He ido parando por donde me apetecía, sacando algunas fotos y disfrutando de la moto. Debería haberme atrevido a conducirlas antes. Te dan mucha libertad.23
Al rato he llegado a la entrada del Parque. Me ha faltado poco para seguir adelante, ya que estaba todo bastante descuidado y desde fuera sólo se veía un camino con casas abandonadas a los lados. No me ha dado buena impresión.18
No obstante, he visto fotos sacadas supuestamente aquí y eran impresionantes. Me voy para adentro.
Tras pasar por taquilla y pedir un plano (me dicen que no tienen porque sólo hay que seguir el camino único que hay), me meto para adentro.
La verdad es que la entrada muy bonita no es. Casas abandonadas como os decía, algunos huertecitos y… ¡montones de mariposas!16
Después de las casas, hay filas de árboles a los lados del camino. Estaban llenos de mariposas de tamaños y colores variados. Me he quedado casi media hora allí viéndolas revolotear y sacando fotos.15
En teoría se tardaba una hora el llegar al punto más alto del camino. Ya voy tarde 😆.
En realidad no me importa lo más mínimo porque no tengo prisa.
Conforme vas avanzando el paisaje va mejorando y en pocos minutos llegas a un restaurante donde hay un mapa de la ruta. Aquí comienza el camino de verdad.
Hay que seguir un camino de piedra, que se transforma a menudo en escalones, ya que no paras de ascender.

20
Y ascender.

25
Y ascender.

14
¡Qué pechá de andar y de sudar!. El camino transcurre por un bosque selvático bastante frondoso. Eso hace que prácticamente siempre te cubran las copas de los árboles y no veas bien como es el paisaje por fuera.
Cuando hago caminatas por un sitio así, me gusta ir despacio, tratando de no hacer ruido. Parar a menudo para oír al bosque y tratar con un poco de suerte de ver a algún animal.
Este Parque está considerado reserva de la Biosfera, así que animales tiene que haber (otra cosa es que se acerquen al camino).
Pues bien. Lo de ir caminando en silencio y despacio, muy bien, si no fuera porque el resto del mundo parece que van al campo a berrear y a charlar. Había gente a las que se las oiga a kilómetros de los gritos que iban pegando. Otros no paraban de hablar. En fin. A la mierda lo de ver animales. Cuando venia alguien, me paraba para dejarlos pasar y tratar así de disfrutar del silencio. Ha sido casi imposible. Resultado: lo más grande que he visto ha sido una ardilla.
El bosque es impresionante, con troncos adoptando formas extrañas y formaciones rocosas por todos lados. El objetivo es llegar a un punto elevado de la ruta desde donde seguro hay unas vistas increíbles.

Por ahora sólo veo selva y escalones. Además, hace un día muy soleado, por lo que estoy sudando de lo lindo.
El tramo final es más empinado y complicado ya que en algunos sitios no hay escalones y tienes que subir por las rocas. Vaya caminata me estoy metiendo (seguro que una que yo se me ni se despeinó subiendo 😆😆). Yo he llegado arriba del todo cortito de fuerzas.
Una vez llegas te das cuenta de que el esfuerzo ha merecido la pena. Como veréis en las fotos y vídeos, el paisaje es espectacular.26

Me ha llevado un buen rato poder estar arriba en silencio para disfrutarlo en condiciones. Había mucho pesado molestando.

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Tras mi rato Zen ahí arriba, ha tocado bajar. Menos cansado pero más peligroso ya que los escalones en algunos sitios estaban muy empinados.

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En total he estado pateando casi 3 horas y media, de las cuales la mayoría ha sido subiendo o bajando escalones.
Menos más que tengo a la moto para seguir recorriendo la isla. Tal y como llevo las piernas, no habría podido seguir en bici y mucho menos andando.
El resto del día lo he dedicado a conducir, de un sitio para otro, parando por donde me apetecía.

He vuelto al hotel antes de que anocheciera y me he puesto a preparar la mochila.
Para cenar, hoy me apetece marisco. En algunos restaurantes de aquí tienen grades peceras en la puerta con marisco vivo. Pides, lo sacan vivo de las peceras y te lo cocinan como te apetezca.

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Quería pedirme una plato con marisco variado. Me ha costado un poco encontrar un sitio donde me lo quisieran hacer. En el resto de sitios se empiñonaban con que no se podía, y que tenía que pedir platos individuales. Ni pagando más de lo que valían los platos completos por separado han querido hacerlo.
El caso es que al final si que encontré uno que me lo preparaba y he podido cenar en condiciones.
Mi idea era cenar en uno de los restaurantes flotantes de la bahía ya que me lo habían recomendado, pero resulta que estan cerrados. Inconveniente de venir en temporada baja.

Y esto es todo por hoy. Mañana vuelvo a Hanoi para coger un tren nocturno que me llevará a mi nuevo destino. Se acaba esta isla tan bonita y que tanto me ha gustado.
¡Mañana más!

Día 11. Sin riesgo no hay emoción.

Llega la hora de moverme dirección sur.
Hanoi, la ciudad a la que llegué el primer día, está situada en el norte. En unos 20 días debo estar en Ho Chi Minh, en el sur, para coger el vuelo de vuelta. Aun quedan muchos días pero este país es muy largo, como el doble de España de punta a punta, y aún hay mucho por ver.
He cogido un bus temprano que en unas cuatro horas me deja en el Centro de Hanoi. Mi intención es echar el día aquí y coger un tren nocturno que me acercará a ni próximo destino. Digo acercará porque aún no tengo muy claro como llegar. Voy a la aventura, pero eso será ya mañana.

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Hoy quiero pasear por la capital y ver alguna cosa que tengo pendiente.
Al llegar a Hanoi he dejado la mochila en el mismo hotel en el que me alojé hace unos días (de gratis, un detalle por su parte) y me he ido a buscar un sitio para comer. Hoy me apetecía carne. Pero carne de verdad, no los trocitos minúsculos que aquí le echan a la sopa o los noodles. Cuando he pasado delante de un restaurante estilo occidental que anunciaban costillas, no he podido resistirme.
Me he pedido el plato “nano», que así se llamaba. Menos mal que no me pedí el grande. Sólo me he podido comer la mitad. El resto me lo han puesto para llevar (ya tengo cena 😊). Las costillas muy ricas por cierto.

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Justo al lado del restaurante se encuentra la Catedral de San José. Bonita por fuera y sencilla por dentro. Como se estaba bien, me he quedado un rato en el interior meditando mis cosas.

Luego he seguido caminando dirección a la estación de tren. He comprado el billete para esta noche y ya he pasado el resto de la tarde paseando por la zona del lago, para despedirme. Había mucha gente por todos lados, y muchas, muchas motos. He aprovechado para sacar algunas fotos, de gente sobre todo.

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Para escaparme un poco del ruido, me he ido al otro lado del lago, y me he sentado un rato en un banco mientras me comía un helado de coco. Muy rico, por cierto.

Se hace tarde así que he vuelto a por mi mochila y me he ido a la estación de tren. ¿Volveré a tener suerte y tendré todo un camarote para mi como las dos veces anteriores o no? En breve lo sabremos.
En principio me han dado una litera de arriba, así que me temo que hoy tendré compañía. Acomodo mis cosas como puedo, ya que arriba no es que haya mucho espacio y a esperar.

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15 minutos para que salga el tren y sigo sólo…
5 minutos y sigo solo…
El tren sale y sigo sólo. Lo mismo entran alguien en otra estación, así que voy a quedarme aquí arriba. A las seis y pico de la mañana llegaré a mi destino inicial. Luego tengo que buscarme la vida para llegar a mi destino final. No creo que sea muy complicado, pero aún no se como hacerlo. ¡Sin riesgo no hay emoción!.
Mañana más.

Día 12. Parque Nacional de Phong Nha-Ke.

Anoche al final tuve compañía en el tren. A eso de las once de la noche me despertaron unos gritos y unas risas. En una estación se debió subir un autobús de Belgas que llenaron todo el vagón. Estuve a nada de levantarme y llamarles la atención. Era gente mayor y parecía que el tren era suyo. Les importaba una mierda que pudiera haber gente durmiendo, como era mi caso. Si que he de decir que los tres que entraron en mi camarote (o como se llame), cuando vieron que estaba durmiendo (en realidad ya despierto), se esmeraron en no hacer nada de ruido. Pero daba igual porque en el resto del vagón sus compatriotas se lo estaban pasando de miedo. ¡Qué poca educación!
Vamos al tema.
El tren me dejó a eso de las siete de la mañana en la ciudad de Dong Hoi. Mi objetivo es llegar al Parque Nacional de Phong Nha-Ke.

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Me he pensado si venir aquí o no varias veces, pero el otro día una española que conocí por ahí me dijo que vino para un día y al final se quedó para cuatro. Eso siempre es buena señal.
Puedes ir a visitar el Parque directamente desde Dong Hoi contratando alguna visita guiada o una moto por tu cuenta, pero yo prefiero alojarme lo más cerca posible. Mirando el mapa veo que hay un pueblo a la entrada que se llama (Son Trach), o eso creía yo. Esta a unos 40 km de Dong Hoi.
Siendo un Parque Nacional debe haber alguna línea de bus público que vaya. ¿Cuál? Ni idea.
Una vez en la estación de tren de Dong Hoi, me voy andando hacia la estación de autobuses. Queda muy cerca, pero tengo que esquivar a varios taxistas que se ofrecen a llevarme con la excusa de que esta muy lejos (¡4 km o más!). En realidad no está ni a 500 m.
En la estación voy a la ventanilla y el que allí está me hace entender (porque de inglés cero patatero) que allí no sale ningún bus para Son Trach, pero que fuera, en la calle si que pasa uno.
Salgo y tras un rato encuentro la “parada». Se trata de un poste con un letrero en perfecto vietnamita situado en la acera de enfrente. El cartel informa sobre tres lineas y supongo las paradas. No veo Son Trach por ningún lado.

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Empiezan a parar autobuses, minibuses y furgonetas y todos me dicen o que no van a Son Trach o que no me entienden. Al final escribo el nombre en un papel, a ver si así lo entienden. Tengo suerte porque el siguiente bus que pasa me dice que suba. Es el de la línea B4, por si alguna vez os hace falta.
Una vez dentro (por cierto, el bus está un poco echo polvo) miro con más atención Google Maps y veo que el pueblo al que quiero ir en realidad se llama Phong Nha (como el Parque). Y con ese nombre si salía en el cartel de la parada.

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Lleva toda la mañana lloviendo. Espero que no esté así todo el dia.
Me paso la mayor parte del tiempo mirando el paisaje. La carretera es pequeña y transcurre por zonas rurales, llenos de huertos y campos de arroz. Aprovecho también para ir mirando hotel. Como esta lloviendo mejor ir a cosa echa y no ponerse a mirar una vez allí.

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En booking veo uno BBB y del que hablan muy bien. Pos este mismo. Miro el mapa para ver donde queda y listo. No hago la reserva ya que si te presentas directamente en el hotel, el precio suele ser más barato (no siembre).
Tras poco más de una hora el conductor me dice que ya estamos, que me puedo bajar. Ha dejado de llover, cosa que se agradece. El hotel (Mountain View) queda un poco lejos, pero así me doy un paseito. La mochila aún no pesa demasiado así que no hay problema.
El pueblo, por llamarlo de algún modo, es en realidad una carretera con casas a los lados. Al norte un río muy bonito y al sur, las montañas. No está mal.

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Voy echando alguna foto. Paso por delante de un colegio justo cuando los niños están saliendo. Una niña me acompaña y me va soltando las frases que sabe en inglés . Que simpática 😊.
He estado una hora caminando. La mochila ya si empezaba a pesar. Y el hotel… ¡desaparecido!.

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Como ya no había más casas (aunque según el mapa de booking era allí donde estaba el hotel) he preguntado a una mujer que por allí estaba, quién me ha dicho sonriendo que el hotel estaba muy lejos, por donde yo venía. Luego va y me dice que como debo estar ya cansado, que si quiero me lleva en su moto por 50 mil pichiclines (no llega a 2 euros). ¡Qué ágil la tía¡
He aceptado la oferta, más que nada porque ella tenía razón. Estaba muy cansado y sudando como un pollo. Nos hemos subido a la moto y en un ratillo ya estaba delante de mi hotel.

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¿Sabéis lo gracioso de todo? Que el hotel estaba justo al lado de donde me dejó el bus. Esto ya me ha pasado antes con booking. La ubicación de los hoteles en su mapa no es siempre muy precisa. No se si a drede o no. Una vez que reservas en su página, te mandan un email y ahí si viene la localización exacta.
En fin. Me he dado un buen paseo de gratis.
Había habitaciones individuales con baño privado disponibles (y agua caliente) y como suponía, a mejor precio que en booking. Lo de pillarme una cama en una habitación compartida, ya no va conmigo. Soy muy viejo para eso 😆😆. Lo he hecho algunas veces, pero la verdad es que por ahorrarte dos o tres euros la noche, no merece la pena. Prefiero pagarlos y tener privacidad.
Me he dado una ducha, que falta me hacía (iba oliendo a perro muerto) y he dejado en recepción casi toda mi ropa para lavar (también por necesidad).
¿Qué hago hoy? Primero comer, que ya es la hora.

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Luego me gustaría ver una de las razones por la que estoy aquí: la cueva paraíso. Yo no soy mucho de ver cuevas, pero la chica española de la que os hablé me dijo que no me la podía perder. Resulta que cierra pronto y está al otro lado del parque, así que alquilo una moto (por unos tres euros) y salgo pitando.
Hay que atravesar todo el Parque Nacional el cual es bien bonito. Me dan ganas de parar en cada momento a disfrutar de algún sitio o a sacar una foto, pero no tengo mucho tiempo antes de que cierren la cueva.

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Tardo un buen rato en llegar pero ya estoy aquí. Dejó la moto aparcada y me dirijo hacia la entrada (es de pago, como casi todo).

Una vez pasado el puesto de entrada veo que hay un mostrador en el que se pueden comprar tickets para que te lleven en un coche eléctrico a la misma entrada, que por lo visto esta a dos kilómetros (después del pateo de hace un rato no me apetece andar).
Me he acercado al mostrador y he tenido una conversación surrealista con la taquillera. De esas cosas que pasan cuando un español habla con una vietnamita, y ni el español habla vietnamita, ni la vietnamita habla casi nada de ingles:
– Yo: Hola. Me gustaría ir en coche a la entrada de la cueva.
– Ella: No. No puede conducir. El coche lo llevamos nosotros.
– Yo con cara de haba: Ya, pero me gustaría ir en coche, porque la entrada está a dos kilómetros, ¿verdad?
– Ella muy enfadada: Tu no conducir. Andar. ¡Adiós!
Estaba claro que no entendía lo que yo quería, pero por no discutir, me he ido andando.
El camino no es feo, pero hubiera preferido ir en coche, la verdad.
Tras un ratillo he llegado adonde parecía que estaba la entrada. Allí estaban los coches aparcados. Pero no. Ahora un cartel indicaba que la entrada se encontraba siguiendo una cuesta arriba a mas de medio kilómetro. Me muero. Ya puede ser bonita la dichosa cueva.

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Se me ha hecho un poco larga la subida, no os voy a engañar. Por fin llego a la entrada de verdad. Unos escalones se meten a través de un agujero. Vamos para dentro…

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Nada más entrar se te quitan los cansancios, los cabreos y todo. La cueva es espectacular. Cualquier cosa que os diga es poco.

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La cueva en si tiene más de 30 km y la altura no la se, pero hay una parte que más de cien metros tiene seguro, si no más.
Si la entrada impresiona, el resto ni os imagináis. Es una preciosidad. No se si en las fotos se podrá apreciar, aunque sea ínfimamente.

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Vas siempre caminando sobre un camino de madera muy bien hecho, por lo que es muy fácil recorrer la parte que esta abierta al público general, que será más o menos de un kilómetro. Es tan increíble, tan bonita, que es fácil emocionarse aquí dentro. Es como la Capilla Sixtina de las cuevas.

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Venir a última hora tiene como ventaja que no hay casi nadie. Me he sentado en el suelo en varios sitios y me he quedado contemplando esta maravilla de la naturaleza durante mucho rato. Varias horas. No quería irme.


No se que tiene este país que cada día me sorprende con algo nuevo. Cada día encuentro algo más espectacular que lo que he visto con anterioridad.
Hasta ahora si me decís que venís a Vietnam y sólo tenéis un día, os aconsejaría sin duda que visitarais la cueva paraíso. No es que no haya otras cosas bonitas, es que esta cueva es una maravilla.
El tiempo se me ha pasado muy rápido dentro. Me he forzado a irme ya que no quería que me pillara la noche con la moto. De vuelta a la salida no he podido pararme un par de veces más. Al final me ha pillado la noche con la moto 😂 (prácticas nocturnas realizadas).
Mañana quiero recorrer con la moto todo el parque, está vez sin prisas, así que he pensado que me voy a quedar otra noche.
Tras volver al hotel, he salido a cenar. La calle del pueblo, que antes se veía triste y un poco cutre, ahora está llena de luces de restaurantes y bares llenos de gente. ¡Vaya cambio!
Me he sentado en el mismo sitio que almorcé. El sitio es bonito, ponen buena música y la comida es buena y muy barata.
Todo iba bien hasta que he mirado al suelo y he visto debajo de la mesa de al lado una rata tamaño gato correteando y comiéndose lo que pillaba por el suelo. ¡Con el asco que me dan! Aunque aparentemente se ha ido, ya no he podido comer tranquilo. Creo que mañana me buscaré otro lugar para comer.
Y esto es todo por hoy. A ver si mañana hace buen tiempo y puedo disfrutar de este bonito Parque Natural.
¡Mañana más!
Día 13. Buscando a King Kong.
Me he levantado temprano. Fuera llueve. Hoy toca seguir visitando el Parque Natural, aunque esta vez sin rumbo y sin prisas. A la aventura.
Antes de nada tomo un buen desayuno. Luego preparo mis cosas y a la calle.1
No hay muchas carreteras que atraviesen el Parque, así que las iré recorriendo según me de.
Al poco de salir del hotel veo un centro de información turística y un embarcadero. Me acerco y veo que se puede alquilar una barca para ir a ver una cueva. Aún está lloviznando. Me apunto.6
La barca “dragón», que así se llama, tiene capacidad para 12 personas. Me dicen que puedo esperar a que venga más gente pata compartir el precio, o alquilarla yo entera.
Como el precio no es muy elevado y además es muy temprano (paso que estar aquí esperando un rato), alquilo la barca entera para mi solo.2
Hay varias opciones disponibles y varias cuevas que se pueden visitar. No me quiero quedar aquí todo el día así que elijo visitar sólo una: la cueva Phong Nha. Esta cueva está inundada y puedes recorrer más de un kilómetro con la barca.
Primero hay que navegar un tramo del río. Había muchas barcas con gente sacando algas del fondo con unos rastrillos muy largos. No se para que las usarán. El agua tiene un color turquesa muy bonito. Parece agua de mar, más que de río.

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En las márgenes, pequeñas casas y muchas barcas amarradas a unos “muelles” hechos con troncos y garrafas de plástico.

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Aquí la barca usa el motor, supongo que para llegar más rápido. En cuanto entramos a la cueva lo paran y se ponen a usar los remos.

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Después de haber estado ayer en la cueva Paraíso, está no me sorprende tanto, pero es muy muy bonita también. El hecho de poder recorrerla en barca tiene su encanto. Se nota que los turistas no madrugan mucho. Esta vacía. Toda para mi.

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Tras recorrer un kilómetro y medio más o menos, se acaba la zona navegable y nos damos la vuelta. Ahora si nos cruzamos con alguna barca más. ¡Dormilones! 😂
Antes de volver a salir, atracan la barca en un lateral y me indican que siga el camino, ellas me esperarán fuera. Este tramo se hace a pie. Es cortito pero muy bonito. Tiene algunas partes impresionantes.


Inciso. En este parque han descubierto más de 150 cuevas, aunque seguro que hay muchísimas más. ¡A saber que quedará por descubrir!. Entre esas cuevas se encuentra Son Doong, considerada la cueva más grande del mundo. Vale una pasta visitarla (unos 3000 euros) y hay una lista de espera de más de un año. Tiene que ser una pasada. La dejo apuntada en mi lista de pendientes.
Una vez fuera, busco mi barca y hacemos el camino de vuelta. Al final han sido más de dos horas.5
Ahora toca moto. Que gustillo le he cogido. Cómo ha mejorado mi forma de viajar. Si no fuera por la moto, hoy me habría dado una panzada de bici o de andar, y no podría haber visto ni la mitad.
Sigo la carretera que bordea el Parque durante horas. Cada vez que llego a un cruce tiro por donde me da. Voy parando a mirar cosas y sacar alguna foto. Las vistas son espectaculares. Hay valles que parecen sacados de una película (de hecho, aquí se rodó parte de la última peli de King Kong).1719Estando parado en el arcén, contemplando una preciosa y extensa zona de selva, he visto algo moverse a lo lejos (a lo muy lejos). He prestado atención con mis cinco sentidos y como estaba sólo y no había ningún ruido, he oído leves sonidos y movimientos de hojas. Tras unos minutos, he descubierto de donde venían: ¡monos!
Estaban muy lejos. Inicialmente he divisado dos. Luego he llegado a ver hasta 5. Me he quedado un buen rato contemplándolos a través de la cámara. Tiene muy buen zoom.
En ese rato se han parado otras motos. Sólo un segundo, sacaban un par de fotos y se iban. Algunas no llegaban ni a apagar el motor. Nadie se dio cuenta de que había monos. Justo antes de irme ha llegado una pareja que se han puesto a contemplar el paisaje en silencio, como hago yo. Me han caído bien, así que les he dicho lo de los monos. Les ha gustado mucho verlos 😊.
Un problema del Parque, o una ventaja, según se mire, es que no tiene mucha infraestructura turística. Esto es perfecto. Pero cuando tienes hambre, no lo es tanto. Me ha costado un buen rato encontrar un restaurante.
Tras comer he seguido ruta. Sin prisas y disfrutando cada segundo. No te digo yo que no me acabe comprando una motillo de estas 😆. Estoy disfrutando mucho con ella hoy. Aquí no hay casi trafico, pero he tenido que esquivar varias vacas, algún búfalo y hasta un cerdo.18
He llegado a un jardín botánico. Fuera anunciaba una ruta de unas cuatro horas. Tiene que ser muy bonito pero prefiero seguir ruta.
He llegado al río de ayer, el de color azul tan intenso. En un sitio anunciaba una zona de baño. Me he parado a mirar y el lugar era bien bonito. Lo tenían montado en plan parque acuático, con una tirolina, colchonetas, etc. Hoy sin embargo esta cerrado al baño. Me han dejado pasear y he estado un buen rato recorriendo los puentes y los caminos elevados de madera sobre el río.P1060164
Un poco más adelante he llegado a la Cueva Oscura. Es otra de las famosas aquí. No he entrado porque, además de pedirte un precio desorbitado, la tienen montada para los turistas. Que si hacer tirolina, que si bañarte, que si kayak… A mi estas cosas no me van. No se si será bonita de ver o no, pero prefiero una cueva en la que vas a disfrutar de la cueva en si, no a un parque de atracciones. Además fijo que la Cueva Paraíso es mucho mejor 😂.
Otra cosa. Me he debido cruzar con cinco o seis iglesias. Me he parado en una y estaba cerrada. Me ha llamado mucho la atención de la figura de Jesús del frontal: tenía rasgos asiáticos 😊.20
Se hace tarde y comienza a anochecer. Hora de volver al hotel. Tengo que pensar que hacer mañana. Creo que seguiré hacia el sur. Mi ropa ya esta limpia. Como se aprecia tener ropa limpia cuando viajas de esta forma.21
Sigo pensando mientras ceno una BBQ de cerdo con verduritas, y una cerveza para brindar por este maravilloso país.22
Decidido. Ya se adonde me voy mañana.
¡Mañana más!

 

Día 14. La Ciudad Imperial.

Esta mañana he cogido un bus muy temprano. Destino: Hue, la Ciudad Imperial.
Creía que el bus sería de ir sentado, pero no. Es un bus cama que me recoge a la puerta del hotel. Nunca he viajado en uno de estos. Se va mucho más cómodo de lo que pensaba.

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Son casi cuatro horas de viaje que empleo sobre todo en dormir. En uno de los ratos que estoy despierto miro hoteles y hay varios de los que me gustan.
Llegamos a Hue. Es una ciudad grande. Motos y ruido por todos lados. Se acabó la paz de las montañas. Este jaleo también me gusta.
El autobús me deja a una calle del hotel en el que me quiero quedar. ¡Qué suerte!. Se encuentra en un callejón un poco cutre, pero el hotel no está nada mal (y es muy barato).

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He subido para dejar la mochila y a la calle. Es casi medio día, así que primero toca almorzar.
Pruebo uno de los platos típicos de Hue. Esta ciudad fue la capital del país hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Tiene un gran patrimonio arquitectónico que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Habiendo sido una ciudad tan importante, no es de extrañar que tenga su propia gastronomía. Habrá que probarla…

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Tras llenar el estómago toca deambular por las calles para tratar de conocer un poco esta histórica ciudad. No tardo mucho en llegar a quizás lo más conocido de aquí: la Ciudadela. En su interior se encuentra la Ciudad Prohibida, similar a la de Pekín (aunque más pequeña). También hay una serie de Palacios y templos empleados por los antiguos Emperadores y sus familias.

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Como no tengo otra cosa mejor que hacer, me voy para dentro. La Ciudad Prohibida me la he saltado (creo) porque acababa de llegar un autocar de japoneses y con esos no se puede visitar nada. A mi me ponen de los nervios. Si son 70, los 70 se paran en los mismos sitios a hacerse las mismas fotos. Y cuando digo “mismos» sitios me refiero a cualquier sitio inimaginable. Si vas detrás y quieres sacar una foto, tienes que esperarte un buen rato. Yo ya lo he vivido alguna vez y no más. Me voy a otro sitio directamente. El caso es que he dado tantas vueltas que no se si habré visto la Ciudad perdida o no. Mañana iré de todos modos.

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He estado prácticamente toda la tarde en la Ciudadela. Viendo edificios, como la zona donde vivía la madre del Emperador, los jardines, lagos varios, el antiguo teatro… Es bastante grande por lo que necesitas tiempo. Se puede ir en coche eléctrico, pero hoy prefería andar.


Hay muchas partes que están renovando o reconstruyendo. Después de varias guerras la Ciudadela fue casi destruida.
Cuando ya estaba cansado de andar por ahí, he salido y he continuado callejeando. Así he llegado a un mercado de los que me gustan. Es enorme y venden casi de todo. La mayor parte está cubierta aunque también hay puestos por las calles de los alrededores.
El equipo de fútbol de Vietnam está jugando la final de la Copa Asiática, así que todo el mundo está muy pendiente de los televisores. Con cada jugada surgen los gritos y los aplausos. Cuando marca Vietnam, la locura se apodera de las calles. Todo el mundo salta, grita y se abraza. Incluso a mi me ha abrazado una señora que vendía arroz 😂😂. Todo el mundo está muy contento. Muchos llevan camisetas con la bandera del país y pegatinas en las caras.24
He sacado muchas fotos en el mercado. Me encanta ver lo que venden, lo que comen y como se relacionan en estos sitios. Se aprende mucho sobre como vive la gente de un país visitando sus mercados. Si tengo un rato mañana, volveré otra vez.
Estoy un poco cansado así que me he vuelto al hotel. He cenado otro plato tradicional de Hue y no voy a tardar mucho en acostarme.30Lo de dormir ya veremos porque, aunque al final han perdido, la gente está montando un pollo en la calle que no veas. Si llegan a ganar…
Mañana debería hacer buen tiempo, así que quiero alquilar una moto para ver algunas cosillas que hay por aquí. Ya os cuento.
¡Mañana más!
Día 15. Ecuador.
Si. Hoy estoy justo a mitad de mi viaje y para celebrarlo he disfrutado de otro gran día. Además, estoy prácticamente en el centro de Vietnam, así que voy muy bien.
Tras desayunar, he alquilado una moto en el hotel y he salido a explorar. Anoche me puse a investigar y hay varios sitios en Hue y alrededores que me gustaría ver.
Algunos no están muy cerca pero con moto no es problema.1
Principalmente se trata de tumbas y mausoleos de antiguos emperadores de la Dinastía Nguyen, que es la que dominó Vietnam en los últimos siglos. Ellos establecieron Hue como capital del País hasta el año 1945, cuando el último Emperador abdica y el nuevo gobierno comunista establece su capital en Hanoi (toma wikipedia).
Hoy no voy a conducir por apacibles carreteras de montaña. Toca una ciudad con mucho tráfico. Conducir por el centro ha sido toda una “experiencia», por llamarlo de algún modo. No tardas mucho en ver que no es todo tan caótico como aparenta. Aunque cada uno va por y como le da la gana, hay una especie de comunicación no verbal y reglas no escritas que todos siguen. Las aprendes simplemente observando como va el resto y en un rato te integras por completo en la circulación sin problemas. Después de hoy creo que estoy perfectamente calificado para conducir en cualquier ciudad de España 😂😂.
Tras un rato callejeando he puesto rumbo a las afueras de la ciudad, donde se encuentra la primera tumba que quería visitar, la del Emperador Tu Duc. Este emperador debía ser muy listo porque diseño personalmente su tumba mucho antes de morir para poder usarla en vida. Se construyó un buen chalecito, la verdad.P1060668
El recinto es bien grande. En el interior hay un templo, edificios varios, jardines, lagos, la tumba del Emperador y la de la Reina. No se por que no llaman Emperadora a la Reina, puede que fuera sólo un título masculino.

La tumba del Emperador llama la atención por lo austera que es. Los muros están cubiertos de moho pero en algunos lugares se intuye que estuvo pintada y adornada de figuras de muchos colores.

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La tumba de la Reina está mejor y es muy colorida.

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Están reconstruyendo muchos edificios que ahora están prácticamente en ruinas.

La mayor parte está muy bien y es un gustazo pasear los jardines. Transmite mucha tranquilidad.

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Tras un buen rato relajándome, continuo camino hacia un sitio que me llama mucho la atención: la “tiger fighting arena”. Es como una plaza de toros, en la que anualmente luchaban tigres contra elefantes.
Por lo visto, al tigre lo drogaban y le quitaban las uñas y colmillos. Si aún así le daba caña al elefante, metían a otro elefante para que lo ayudara. Siempre ganaba el elefante porque el tigre simbolizaba la rebelión y el elefante la Monarquía. Lo que aprende uno.
El caso es que, tras recorrer multitud de caminillos de tierra (no he querido tirar por las carreteras principales por explorar un poco), he llegado a la plaza ésta y estaba cerrada y en obras. Desde fuera se veía que estaban construyendo cosas raras con hormigón, así que me da a mi que cuando terminen va a perder todo el encanto. Me he tenido que conformar con verla por fuera.

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Mi siguiente parada, la tumba del Emperador Trieu Tri. Esta si que está prácticamente en ruinas. Hay un par de edificios aún en pie, aunque tienen pinta de que no lo van a estar por mucho tiempo.

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Lo único bueno de haber ido es que por el camino he atravesado un pueblecito donde fabrican los palillos de incienso de colores que luego venden por todos lados. He visto como los fabricaban en la misma calle. Luego los ponen a secar al sol y listos para vender. Es muy común encontrar pueblos de artesanos en los alrededores de las ciudades. Unos hacen esculturas de madera, otros pintan cuadros… Luego en la ciudad encuentras estos productos a un precio diez veces más alto. En los pueblos están muy baratos pero el problema es que nadie te va a decir donde están 😆.


Esto de coger por caminillos de tierra tiene su encanto. Aunque son muy estrechos y llenos de barro y charcos (las prácticas todo terreno convalidadas hoy también), pasas por sitios muy chulos y ves como vive la gente en el campo realmente.

He disfrutado tanto de lo que he visto en la “Hue profunda” como del resto de sitios “turísticos».

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Ya es la hora de comer y me pongo a buscar un sitio mientras conduzco en dirección a la tercera tumba del día (está vez por carretera).
Llego a un lugar donde hay aparcados varios autocares y muchas motos. Pienso que se trata de algún templo porque desde fuera es lo que parece, pero no. Es un restaurante. Es precioso.

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Por dentro son todo jardines, flores, un riachuelo con puentecillos y edificios tipo templo diseminados por ahí. Te puedes sentar en el que quieras, ya que todos son comedores. Además, hay música tradicional en directo. Los precios, nada caros. El pato, muy rico 😊.

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Tras llenar la panza, la tumba del Emperador Khai Dihn (el penúltimo de la Dinastía Nguyen). El complejo esta situado en una ladera, por lo que hay que subir escalones (ya no se ni cuantos llevo en este viaje).

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Por fuera tiene muy buena pinta, mejor que los dos anteriores. El interior del último edificio, donde se encuentra la tumba en si, es una pasada. Todas las paredes y columnas están cubiertas de diseños y figuras de colores, que parecen hechos de porcelana o algún material parecido.

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Por lo que he ido leyendo, este emperador no era muy querido ya que era un gran amigo de los franceses (los cuales habían invadido Vietnam en esa época). Además, subió muchísimo los impuestos y obligó a mucha gente a trabajar para poder construirse su tumba. En plan faraón, vaya. No es de extrañar que fuera el último Emperador en construirse una. El siguiente, que sería el último, ya no lo pudo hacer.
Ya no tengo nada más que ver, así que me dedico a conducir por ahí, disfrutando de lo que veo. Llego a una zona, al sudeste de Hue, cubierta por campos de arroz hasta donde alcanza la vista.

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Los campos están preciosos, muy verdes, y llenos de gente trabajando. Me he parado muchas veces a contemplar el paisaje o a ver lo que hacía la gente.

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Como cosa curiosa, he visto como en algunos campos ya plantados iban echando puñados de arroz. Lo normal es que en unos criaderos planten los granos y una vez tienen los plantones y cuando ya hace suficiente calor, los trasplantan a los campos. Puede que estuvieran echando otra cosa, pero parecían granos de arroz. Si es así, no se por qué lo hacen, y no siembran más plantones. Lo mismo es que ya se les han acabado. Ni idea.

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Una de las veces que miro Google Maps para ubicarme, veo una señal sobre un puente cubierto. Habrá que verlo.
Esta en un pueblecito y aunque no es muy grande, si que es bonito. Merece la pena verlo.

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Se hace tarde, así que vuelvo a Hue. He ido a ver la pagoda de Thien Mu (la Señora Celestial) y estado un rato conduciendo por en centro sólo por diversión. Una vez le coges el tranquillo es bastante divertido conducir por aquí. Luego, al hotel. Necesito una ducha.

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Tras la ducha, meditación. ¿Qué hago mañana?
Voy a seguir rumbo sur. Al bajar a cenar he comprado el billete de autobús. Mañana dormiré en otra cama.Inciso. Después de que me hayáis preguntado varios, aquí os presento a la que hace mis fotos. Yo sólo la pongo en modo automático y aprieto el botón. El resto lo hace ella. Es una Panasonic, y el modelo creo que es DMC-TZ61. Me la compre sobre todo porque era la compacta barata que más zoom óptico tenía (x30).

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Otra cosa buena es que tiene wifi y puedo pasar las fotos al móvil directamente (si algún directivo de Panasonic ve esto, que digo yo que se podían dejar caer con unos euritos por la publi, y así sigo yo viajando y sacando fotos 😂😂😂

¡Mañana más!

Día 16. La bella Hoi An.

Hoy tocaba coger otro autobús temprano. De nuevo un autobús cama, por lo que voy muy cómodo.

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Tras unas cuatro horas ya estoy en mi nuevo destino: la ciudad de Hoy An. Se encuentra situada en la costa y es conocida por su ciudad antigua que está atravesada por canales. Además, quedan cerca un par de sitios que quiero conocer.
Desde que me he despertado no ha parado de llover a raudales. Al llegar a Hoy An seguía lloviendo pero no tanto. Me he puesto en “modalidad lluvia” al bajarme del bus, como ya era medio día, me he ido a buscar un sitio para comer.

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No muy lejos he visto uno con buena pinta así que me he sentado. Sólo tenían dos platos en el menú. Fácil decidirse.

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Mientras comía he mirado hoteles y he visto que los precios son mucho más elevados que en los sitios en los que he estado hasta ahora. Una noche de hotel ronda los 16 euros en habitación individual. Me decido por uno y tras terminar de comer salgo en su busca. La buena noticia es que ya no llueve. ¡Qué suerte!
Bueno, suerte y que suelo mirar la predicción meteorológica antes de decidir hacia donde voy al día siguiente. Por eso por ahora sólo me ha llovido mientras iba en bus. Esperemos que siga así.
En un ratillo llego al hotel. Por la calle veo que hay montón de gente. Muchísima. Esto debe ser muy turístico y de ahí los precios de los hoteles.

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Hay suerte y tienen habitaciones libres, pero sólo para una noche. Mañana me tocará cambiar de hotel. Desventajas de viajar así, con tan poca planificación.
Dejo mis cosas en la habitación y a la calle. Justo al lado se supone que está el mercado y también quiero ver la ciudad antigua, que tanta fama tiene.
El mercado empieza nada más salir. Todas las calles están llenas de puestos de comida y de recuerdos para los turistas.

Hay muchísima gente por todos lados. He estado paseando sin rumbo un buen rato y luego me he ido hacia la ciudad antigua. Me ha defraudado un poco (un poco bastante).

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Si bien es cierto que se conservan las casas antiguas, en todas ellas han montado o un restaurante o una tienda de recuerdos. Es como un parque temático o un super mercadillo. Se han cargado su esencia.


Hay un puente cubierto muy bonito, rodeado de cientos de extranjeros echando fotos.24Hay ríos de ellos por todas las calles. Me escapo. Huyo. Me vuelvo al hotel.
Tengo que pensar que hacer estos días, y aprovecho para sacar algún billete (ya os contaré a dónde).
Tras ordenar un poco mis pensamientos, me vuelvo a la calle. Se acerca la hora de cenar, así que he ido probando algo de comida callejera. Hay mucha oferta y todo estaba muy rico. En especial una especie de tortillita de camarones a la vietnamita (con gambas).20180129_173432Me habían dicho que al otro lado del río hay un mercadillo nocturno así que para allá que me voy.
Conforme comienza a anochecer, todo cambia. Hay algo que había pasado desapercibido durante el día: todas las calles están cubiertas de farolillos de colores. Esta todo muy bonito. A esto se debían referir al hablar de la “bella Hoi An”.27
Antes de ir al mercadillo nocturno vuelvo a recorrer la ciudad antigua. Aunque sigue llena de gente, ahora se ve mucho más bonita.
El mercadillo nocturno no está mal. Muchos puestos de recuerdos y otros de comida callejera.20180129_1759402520180129_175316Seguiría comiendo pinchos pero quiero probar el plato típico de la ciudad, el Cao Lau, y para eso me siento en un restaurante de los muchos que hay. Se trata de un bol con fideos, cerdo y verduras que sólo se cocina en esta ciudad. Dicen que su sabor especial se debe al agua proveniente de un pozo secreto. Mejor no preguntar 😂😂.

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Las dos orillas del río están muy animadas. Todas las calles iluminadas con los farolillos, música en directo y mucha gente dándose paseos en barca a la luz de un farol. Muy bonito y romántico para el que haya venido en pareja (para el que ha venido sólo, pues no).

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Tras cenar, otro paseito y a dormir. Mañana quiero levantarme temprano para ir a ver un lugar que no está muy lejos.
Por cierto. A última hora del día me he enterado de la razón de la que haya tanta gente aquí. Resulta que mañana es un día muy especial en Hoy An. Espero poder contároslo.

Inciso: En esta ciudad hay montones de sastrerías. Te hacen un traje a medida en un par de días.

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¡Mañana más!

Día 17. La montaña del mármol.

Ese ha sido mi destino de hoy. Se trata de un conjunto de montañas situado a unos 40 minutos de Hoy An de la que se extraía un mármol de muy buena calidad.
En ellas hay varias cuevas y templos que se pueden visitar.
Para ir, tienes varias opciones. La más barata, que es la que yo he hecho, es coger un bus local, el que va a Da Nang, y que te deja justo al lado de la montaña.
Lo primero que hice hoy fue cambiarme de hotel. El de ahora no es tan céntrico, pero la habitación está mejor.

Tras dejar mis cosas, me fui caminando a la estación de autobuses. Al llegar ya había uno de la línea 1 (la que tenía que coger) esperando.

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No ha tardado en salir y en un rato, por el equivalente a un euro, ya estaba en la montaña del mármol.

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En realidad son varias montañas, pero en una de ellas es donde están las cuevas y los templos. Desde la parada de bus solo hay que seguir el cartel, ya que el acceso a la montaña se encuentra en esa misma calle.

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Tras pagar una entrada (no llega a dos euros) toca ponerse a subir escalones (otra vez).

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Esta todo muy bien indicado, así que me he dedicado a ver todo lo que he podido. Hay mapas de vez en cuando, pero en ellos no están todos los caminos. Hay unos cuantos más que encontrarás si exploras un poco.
La verdad es que es un sitio muy bonito. Hay que subir y bajar muchos escalones, trepar por el interior de pequeñas cuevas y subir pendientes pero, al hacerlo, llegas a lugares muy bonitos.

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Entre ellos, varios miradores desde donde se tienen vistas de toda la zona, o cuevas con templos en su interior. También hay varios templos al aire libre. Se de una a la que le habría gustado mucho esto 😊.

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Desde arriba también se ven varios talleres de mármol. Los alrededores están llenos de ellos y de tiendas donde venden los productos que fabrican. Si no fueran tan grandes, me habría traído varias figuras.

Cuando creo que ya no me falta nada por descubrir, vuelvo a la carretera a esperar al siguiente bus. La parada no es más que un poste al lado de la carretera, en la acera de enfrente.

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En unos minutos pasa un bus y salto a interior. Lo de saltar es literal ya que el conductor ha abierto la puerta de atrás y sólo ha reducido un poco la velocidad. No ha llegado a pararse.
Una vez en Hoy An he almorzando y me he echado una pequeña siesta. Estaba un poco cansado.
Ahora toca que os cuente que hay de especial hoy en la ciudad. La razón por la que hay tanta gente . Hoy se celebra el festival de la luna llena de este mes. Al ser el primero del año es el más importante.
El festival en si comienza al anochecer, pero me he ido a la zona del río mucho antes. Allí he estado sentado unas horas meditando y pensando en mis cosas. Me ha gustado mucho ver como iba cambiando toda la zona conforme comenzaba a oscurecer.

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Se han empezado a encender las luces de todos los restaurantes, los farolillos de las calles y ha empezado a concretarse gente. Mucha. Toda la ciudad la han cerrado al tráfico. Sólo los peatones podían circular por las calles.

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Una vez se hizo de noche, comenzó “el festival”. La gente comenzó a depositar farolillos en el río ya que se supone que trae suerte. Unos los echaban desde las orillas y otros hemos alquilado una barca para echarlos desde el medio del río.


La escena es preciosa. En las fotos y el vídeo no se aprecia ya que para ello hay que estar aquí y poder verla en su conjunto. Imaginaos todo oscuro, los restaurantes con las luces mínimas, y el río lleno de las luces de los farolillos de la gente y de las barcas. Muy bonito. Me he quedado otro buen rato por allí.
He cenado junto al río y luego, a la cama como los niños buenos.¡Mañana más!

Día 18. Los Champa.
No. No es el nombre de una comparsa. Se trata de un pueblo que habitó esta zona durante más de un millar de años. Originarios de Java, al llegar al sudeste asiático se dividieron en dos pueblos. Los Jemeres, que se establecieron en Camboya y los Champa que se quedaron en el centro de lo que ahora es Vietnam.
Los Champa, eran hindúes y debido a sus relaciones comerciales con muchos pueblos y con la población ya existente aquí, mezclaron su religión con el Budismo. Su centro religioso más importante fue My Son, y ahí es donde he ido hoy.
Después de mirar mucho, lo más barato que he encontrado para ir a My Son, que está a más o menos una hora de Hoi An, es ir en un bus turístico, formando parte de un viaje organizado. Sale por unos 4 euros.
No me gusta este tipo de excursiones, ya que vas como un borrego siguiendo al guía y no puedes disfrutar de la forma que a ti te guste, así que haré uso del bus y una vez allí iré a mi bola.
Primero una micro me ha venido a buscar al hotel y tras recoger a más gente nos ha llevado a un lugar en el que nos hemos cambiado a un bus más grande. El guía nos ha ido explicando cómo sería la visita. Parece simpático.20180131_102418.jpg
Tras una hora más o menos llegamos a My Son. Aunque esta chispeando un poco, no dura mucho. Como os decía antes, mi intención era ir a mi bola y volver luego en el bus con el grupo, pero en cuanto ha empezado a explicar cosas el guía no he podido evitar quedarme con el.
No solo era simpático, sino que sabía mucho del Reino Champa y se explicaba muy bien.
Resulta que los Champa construyeron este complejo de templos aquí por la montaña que hay (My Son significa “montaña bella») y por los ríos. Ambos dos muy importantes para el hinduismo. La montaña es el hogar de los dioses y el río con su agua era muy importante para los rituales.19Esa montaña que se ve al fondo, es My Son, el hogar de los dioses hindúes de esta tierra.

Aquí construyeron varios templos y torres, y eran utilizados por los miembros de la realeza para rezar en ocasiones importantes y para quemar y enterrar a los Reyes fallecidos.

Adoraban sobre todo a Shiva, el dios de la muerte y destrucción.

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Esta es una imagen de Shiva. La cabeza está en el Louvre (la buscaré cuando vaya).

Una cosa interesante es que el Shiva vietnamita es tanto hombre como mujer. La población de la zona era principalmente agricultores y creían en la diosa madre tierra. Entonces Shiva la hacen también femenina para adaptarla a las creencias del lugar.
Con respecto a esto nos ha contado que lo mismo pasa con el catolicismo. La figura más importante aquí para los católicos y a quien veneran principalmente, es a la Virgen María, no a Jesús. Las cosas que aprende uno.
Con el Budismo hicieron lo mismo y la Shiva vietnamita tiene rasgos y atributos también de la “Lady Buda» de la que os hablé un día.
A lo que iba. Los Champa crearon My Son, que fue el centro hinduista más importante del sudeste asiático durante más de 800 años hasta que sus primos los Jemeres construyeron Angkor.


La pena es que ahora queden muy pocos edificios en pie. Menos de los que yo imaginaba. Las diferentes invasiones que sufrieron los Champa durante su historia y sobre todo la guerra con los Estados Unidos, quien bombardeó masivamente este complejo, ya que servía de refugio al Vietcom, ha tenido como resultado que se haya perdido la mayoría de estructuras.18Cráteres de bombas como estos hay por todos lados. Una pena que destruyeran tantos templos. Aún a día de hoy, entre 2000 y 3000 personas mueren al año en Vietnam por culpa de minas y bombas que quedaron sin explorar. Es para pensar un poco sobre ello…Han sido muy interesantes las explicaciones sobre como construían los templos de ladrillo y otros muchos datos que ha ido dando el guía.Esto es un linga. Según nos ha explicado el guía es como Buda para los budistas o la Cruz para los cristianos. Los monjes vertían agua por arriba y al salir por abajo ya se consideraba agua sagrada. Tiene más significado pero no me quiero extender demasiado. El caso es que es muy importante en el hinduismo.8

Si os fijáis bien veréis que no usaban cemento para unir los ladrillos. Por lo visto, la forma que tenían de construir era la siguiente. Fabricaban los ladrillos y los dejaban secar un poco, pero no los cocían. Usaban resina de árbol entre dos ladrillos y los frotaban entre si al ponerlos. Como no estaban cocidos, al frotarlos se quedaban bien unidos. Una vez construido el templo, lo cubrían todo con ramas y hacían una gran fogata. Con eso conseguían cocer los ladrillos. Como se habían pegado antes de cocerlos, una vez terminado el proceso, es como si todo fuera un ladrillo gigante con forma de edificio. Muy inteligentes los Champa estos. Por algo han durado más de 1700 años en pie.

Me ha gustado mucho, la verdad.
Tras un par de horas la visita se ha acabado y he vuelto al hostal. He almorzando en un sitio cerca ya que era algo tarde ya. Un rato en la habitación preparando mi día de mañana y he salido a pasear para despedirme de la ciudad.
He vuelto a recorrer la ciudad antigua y, cuando ha anochecido, el mercadillo nocturno.

Me he parado a curiosear como hacen los helados. Os puedo asegurar que están muy muy ricos.

He cenado un par de pinchos ya que no tenía mucha hambre. Para terminar el día, un helado y vuelta para el hotel.


Mañana tengo que madrugar ya que pretendo moverme a muchos kilómetros. Me pasaré prácticamente todo el día viajando, si todo sale bien.
¡Mañana más!

Día 19. ¡Nunca mais!
Mi plan para hoy era sencillo. Después de visitar montañas, selvas, campos, ruinas ancestrales, pueblos y ciudades, ayer me entró un mono muy malo de hacer una de mis actividades favoritas (sí Carmen Merida, es esa que estás pensando).
Para ello me tengo que desplazar a la isla de Phu Quoc, en la otra punta del país. Tenía pensado ir al final del viaje, pero cualquier momento es bueno.
Como esta muy lejos, si no quiero perder varios días, lo mejor es ir en avión (o eso pensaba yo). Tras consultar Internet, compro dos billetes (muy baratitos). El primero me llevará desde Da Nang (a una hora en coche de donde estoy ahora) hasta la ciudad de Ho Chi Minh (conocida antiguamente como Saigón). El segundo, tras una espera de hora y media, me llevará a mi destino final. Son sólo dos vuelos de una hora más o menos.
Este era el plan. En sólo dos horas el plan se ha ido a la mierda. Me mandan un email y me dicen que “por razones operativas” el primer vuelo se retrasa dos horas. Ya no llego al segundo vuelo.
Tras consultar un rato los vuelos y los horarios de bus para el aeropuerto, lo mejor que puedo hacer es mantener el segundo billete y comprar otro muy temprano. Ahora tendré que esperar unas cuatro horas entre transbordos, pero así evito más sorpresas.
Para poder llevar a cabo el plan B me tengo que levantar a las cinco de la mañana. Que le vamos a hacer.
Esta mañana cogí el bus al aeropuerto bien y llegue sin novedad. Al facturar dos sorpresas. La primera, que el primer vuelo ya está retrasado una hora, y la segunda que, pese a que los dos vuelos son de la misma compañía, cuando llegue a Ho Chi Minh tengo que coger mi mochila (que he facturado), salir del aeropuerto, volver a entrar y facturar de nuevo. Un rollo vamos.1
He llegado con tiempo al aeropuerto, y con la hora de retraso, me toca esperar varias horas. Aprovecho para desayunar, para leer los periódicos, para tomarme un helado, para leerme el Quijote…2
Hay suerte y no hay más retrasos. Salimos puntualmente con una hora de retraso y en otra hora ya estoy en el aeropuerto de Ho Chi Minh. Me toca salir, esperar la mochila, irme a salidas y…
Y esperar la tremenda cola que hay para facturar. Y encima la gente no tiene vergüenza y se cuela sin ningún tipo de pudor. Aunque hay una cola, si hay sitio, por ahí que se meten. Y les da igual. Como si fuera lo más normal del mundo. Otros directamente van por la línea de salida y se saltan toda la cola sonrientes. Lo mismo aquí es normal pero a mi me cabrea bastante. Tengo que ir tapando huecos en la fila para que no se metan. Increíble.
En fin. Tardo más de una hora en facturar (de nuevo) y en pasar el control de seguridad (de nuevo), pero lo peor está por venir. Ya estando en la cola para facturar, anuncian que mi vuelo (y el 90% del resto) se retrasa una hora.4
Y ese fue el primer retraso, al que siguieron varios más. Creo que mi cara lo dice todo.

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Al final nos han cambiado de puerta y nos han metido en ¡un avión turco!. Avión, pilotos y azafatas, turcas. Han metido a una azafata vietnamita para que leyera los mensajes.
Aquí se ha producido un momento muy gracioso cuando ha comenzado el briefing de seguridad. Las tres azafatas turcas en el pasillo con las cosas. La que lee la charla, la vietnamita, en vietnamita. Las pobres de las turcas no entendían ni papa y cada una iba explicando las cosas como podía sin saber si lo que hacían se correspondía con lo que estaba explicando la otra. Una se ha puesto a morderse el labio hasta que al final no se ha podido aguantar más y le ha dado un ataque de risa.
El vuelo ha sido de unos 50 minutos. He llegado a Phu Quoc cuando ya estaba anocheciendo (y desde las 5 de la mañana en planta).

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He llegado al hotel (de lo más barato que he encontrado aunque aun así estoy pagando más del doble de lo que he pagado hasta ahora) y me he ido en busca de algún lugar donde contratar lo que quiero hacer mañana (como pistas os digo que iré a un sitio al que llaman “jardín de los nudibranquios»).
Con todas las horas muertas de aeropuerto ya lo había mirado así que ha sido rápido.
Por la calle he visto que había muchos rusos. Incluso los carteles de algunos restaurantes están en ruso. Tenía entendido que está isla era el destino típico de los viajes de novios de los vietnamitas, pero no sabía nada de los rusos.
También he visto que hay montón de hoteles (y de los buenos), restaurantes, bares y discotecas. La mayoría de los restaurantes de pescado y marisco (¡mi paraíso!).

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Normalmente en un viaje así de un mes, me paso unos 25 días en plan cutre y luego 5 en plan bien. Aunque aquí el hotel es de los baratos, si que no me voy a cortar a la hora de comer marisco. Después de casi 20 días a base de fideos y sopitas principalmente, me lo merezco.
Así que hoy para cenar, unos calamares a la brasa con salsa de fruta de la pasión y unos langostinos de los grandes también a la brasa. Y para beber un batido helado de mango.


Y esto ha sido todo por hoy. Mañana tengo que madrugar de nuevo pero esta vez lo haré con mucho gusto.
¡Mañana mas!
PD: no se aun cuantos días me quedaré en la isla, pero lo que sí tengo muy claro es que antes me vuelvo en burro taxi que volver a coger un avión.

Día 20. Under the sea…
Hoy me he levantado temprano ya que tenía que llegar a tiempo para coger un bus que me llevara al puerto. ¡Hoy toca buceo!
Voy a hacer dos inmersiones. La primera en la isla tortuga y la segunda en el jardín de los nudibranquios.20180202_074909.jpg
Ha amanecido un poco cubierto pero ya desde primera hora hace mucha calor. Las dos inmersiones son en el norte de la isla. Una vez en el puerto nos montamos en nuestro barco y salimos a la mar.20180202_080116
Hay un poco de oleaje. Somos pocos a bordo. La mayoría de la gente va a hacer snorkel y sólo tres vamos a hacer submarinismo.7
Primera parada, la isla de la tortuga. Es una isla muy pequeña rodeada de coral. No es una inmersión muy profunda por lo que podremos echar un buen rato.

Aunque la visibilidad no era perfecta (unos 10 metros), el fondo era muy bonito con mucho coral y peces pequeños.

 


Hemos estado prácticamente una hora y luego nos hemos mudado a la otra zona. Al jardín de los nudibranquios. Los “nudis» son unos animalillos que me encantan por la diversidad de formas y colores que tienen. Esta inmersión promete.
Nada más meterme en el agua veo que no hay casi visibilidad y mucha corriente. No se veía casi nada. Hemos tenido que ir los tres prácticamente juntos para no perdernos de vista. No habría ni dos metros de visibilidad. Además, una fuerte corriente que te empujaba hacia arriba.
Me he pasado casi una hora luchando contra corriente tratando de ir lo más pegado posible al fondo, para poder buscar nudis. No ha habido suerte. No he visto ni uno. He estado mas pendiente de no perderme que de otra cosa. Esta inmersión no la he disfrutado mucho y además y salido reventado.6
Tras las inmersiones, un buen almuerzo en el barco. La verdad es que han puesto muchísima comida. Yo mucha hambre no tenía, así que sólo he picado un poco.8
Hemos vuelto a puerto y me he ido al hotel a ducharme y descansar un poco. Ya me he quitado el mono y he vuelto a disfrutar de la sensación de estar bajo el agua. Una sensación que me relaja mucho y que me encanta.
Por la tarde he salido a dar un paseo. Primero he tirado para la zona del puerto. Había mucha gente local reunida por allí y habían montado varios puestecillos de comida.

Aprovecho para merendar un par de pinchos sentado junto a una playa. Allí me quedo sentado un buen rato observando lo bien que se lo pasan los niños de aquí en la playa (Marta tenías razón).
Cuando ha empezado a anochecer me he ido para la zona del mercadillo nocturno. Quiero ver que tal es.
De camino me he comido uno de los helados de coco más ricos de mi vida. Utilizan un coco de verdad al que le raspan la carne. Sobre esta carne te ponen las bolas de helado. La mezcla de la carne con el helado de coco le da un sabor riquísimo.

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Cuando he llegado al mercadillo estaba casi todo a oscuras. Esta mañana se fue la luz en la isla y aún no ha vuelto . Sólo hay luz donde tienen un grupo electrógeno. Al rato ha vuelto la luz, y todo el mundo a gritado de alegría.

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Hay muchas tiendecillas de recuerdos, pero lo que más hay son restaurantes de marisco. Esto es mi paraíso, repito.

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Es difícil elegir en cuál sentarse. En todos puedes ver el marisco (y otras cosas como ranas, serpientes y cangrejos raros) vivito y coleando.


Hoy he sido muy bueno y he hecho mucho desgaste físico, así que me merezco un premio. Me voy a cenar una langosta. Porque yo lo valgo 😂😂😂.
Elijo una de la vitrina, la señora la coge y a la parrilla.

En un rato me estoy chupando los dedos y me estoy comiendo una langosta fresquísima y riquísima.

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Para bajar la cena me he pegado otro buen rato paseando antes de volver al hotel.
Mañana el buda feliz vuelve a la carretera.
¡Mañana más!

Día 21. Mi gozo en un pozo, de basura (por no decir de mierda).

El Buda feliz ha vuelto hoy a la carretera. Mi plan era ir por la mañana a la playa, darme unos baños, tomar el sol, almorzar y luego por la tarde explorar un poco la isla con la moto.
He salido temprano, tras desayunar, hacia el sudeste. A unos 20 km están las dos mejores playas de la isla.
Llego primero a la playa Khem. Hay obras en la carretera y está cortada. El único acceso que encuentro es a través de un resort de lujo. Resulta que la playa es privada y hay que pagar.
Pasando. Me voy a la siguiente playa, que está cerca y se supone que es la mejor de la isla. He visto fotos y se ven palmeras hasta la misma orilla, arena blanca y agua cristalina.
Se llama playa Sao. En un ratillo llego al acceso, una carreterilla que al poco se convierte en un carril de tierra con muchos baches.
El carril termina en una zona con chiringuitos, muy apañada. Tienen hasta aparcamiento gratis.
Dejo la moto y me voy hacia la orilla. Tienen restaurante, mesas con techos de paja, una zona con duchas, taquillas…
Me cambio y me pongo el bañador. ¡Al agua!
Cuando llego a la orilla veo que sí, la arena es blanca pero casi no hay. El mar dista mucho de ser cristalino. Las palmeras si llegan hasta la orilla.

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Me llama la atención la cantidad de basura que hay. No es que sea una exageración, pero para ser la mejor playa de la isla, está muy poco cuidada.

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Miro hacia la derecha y, al fondo, al final de la playa, se ve una zona sin ninguna construcción y con mucha arena. Mejor me voy allí. Puede que al no haber nada este más limpia.
Conforme avanzo veo que es todo lo contrario. Cada vez hay más y más basura. Esto parece más un basurero que una playa.

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Cuando llego al final veo que la cantidad de basura es tal que cuesta andar por la arena sin pisar algo. El mar no está mejor. Montones de basura flotando por todas partes. Da asco.

Me doy la vuelta. Se me han quitado las ganas de playa y de bañarme.
Si esta es la mejor playa, no quiero ver las otras. No se si esta mierda está siempre aquí o es que ha habido un temporal y la ha traído toda. Por la cantidad que hay, creo que es la primera opción.
Es una pena porque la costa es muy bonita. He conseguido sacar alguna foto en la que no se aprecia la basura (aunque esta ahí) y se ve bonito.

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Mientras vuelvo, como tengo que ir sorteando la basura para no pisarla, me pongo a curiosear. Hay de todo. Una bombilla, una cartera, un retrovisor de coche, cientos de chanclas (y no exagero), cubiertos y vasos de plástico como para una fiesta, peces muertos, una sepia muerta, jeringuillas… Esto es peor que un vertedero.
Entre toda la basura encuentro un pequeño “tesoro”: un cebo para pescar calamares prácticamente nuevo. Me lo llevo de recuerdo.

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He vuelto a la zona de los chiringuitos y tumbona. Ahora me parece hasta limpio en comparación con la otra zona. Aún así, tiene mucha mierda. No se como puede estar la gente bañándose ahí tan tranquila.
En fin. Que me quedo sin mañana de playa.
Como no tengo otra cosa que hacer, me planteo dar la vuelta a la isla. Tengo tiempo de sobra. Cojo la moto y tomó dirección norte.
Al rato de salir veo una señal que indica un templo budista. Hay que desviarse un buen rato por un caminillo, pero quiero verlo.
El camino va paralelo a la costa. Abajo se ven algunas calas y playitas pequeñas. He parado a mirar un par, pero estaban igual de sucias.
No me esperaba que el templo fuera tan bonito. Ya desde fuera se ven unos edificios muy chulos y una estatua enorme de la Lady Buda presidiendo todo el complejo desde lo alto de un monte.

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He estado un buen rato en su interior contemplando los diversos templos y enormes estatuas. Es una pasada. Y la imagen de la Lady Buda impresionante. Enorme.


Me ha molestado ver a un turista sin camiseta y en bañador entrando a los templos. Es una falta de respeto total. Nadie le ha dicho nada porque aquí son así, pero es para haberlo echado. No se puede entrar así a un templo budista. Bueno, a ningún templo. Aunque no seas creyente o sigas la religión que sea, hay que tener respeto. ¡Por mucha calor que haga!En la parte de atrás de un edificio he visto un grabado dorado que ocupaba todo un muro. En el se veía a gente y a lo que parecían unos dioses. También hay como un disco solar con dibujos extraños que no he comprendido. Me ha llamado mucho la atención. No tengo ni idea de lo que es ni de lo que significa. Si alguien tiene alguna información sobre esto, le agradecería me la contara.