Visitar el festival anual del eperlano en Palanga.
Si tienes la suerte de estar por este país a mediados de febrero, te recomiendo que te pases por el festival anual del eperlano en Palanga.
Te surgirán dos preguntas:
Primera pregunta: ¿Dónde está Palanga? Como una imagen vale más que mil palabras…
Como podéis observar, se trata de una ciudad situada en la costa, a unos 150 km (2 horas en coche) de Siauliai.
Segunda pregunta: qué es un eperlano? El eperlano es un pez muy pescado por estas tierras y que preparan tanto frito como ahumado. Esta tal la cantidad de eperlano que capturan en estas fechas que han hecho una fiesta de ello.
Sinceramente, cuando leí el cartel y me informé sobre qué iba la «fiesta», no es que fuera muy animado. Me esperaba cualquier cosa. No obstante, queríamos ver Palanga, así que cogimos el coche y nos dirigimos hacia la costa.
Cuando estábamos llegando ya empezamos a ver una gran cantidad de coches y colas para entrar a la ciudad. Llegado un punto, la policía había cortado el camino y desviaba a los coches. Había un helicóptero vigilando desde arriba. ¡Si que hay gente aquí!
Dejamos el coche pronto en el primer sitio que encontramos, ya que no sabíamos si luego íbamos poder encontrar aparcamiento fácil. ¿Hacia dónde dirigirse?
Muy fácil. Bastó con seguir a la gente. La mayoría se dirigía hacia el mismo lugar. Ahí debía estar el festival.
Llegamos a una plaza en la que se alzaba una bonita iglesia. Por delante, ríos de personas se dirigían en la misma dirección. Vamos tras ellas.
Por fin llegamos a donde comienza el festival. En realidad se trata de una calle muy larga (calle Basanaviciaus), que llega hasta la playa, repleta a ambos lados de tenderetes varios.
Al comienzo, la mayoría de puestos son de comida, con una parte en la que puedes pedir los alimentos, y otra con mesas y sillas para comer.
Desde el comienzo, la calle esta llena de gente.
Tras andar unos pasos, nos encontramos con unos puestos que venden cerveza caliente (muy caliente) la cual sacan de un caldero parecido al que usa Panoramix. La probamos, y no, no está muy buena que digamos.
Justo al lado, otros calderos contienen vino caliente. Este si se podía beber. El sabor es muy parecido al del Glühwein alemán. Sangría calentita, para el que no lo haya probado. Al menos, quita el frío.
Aunque el tema central del festival es el pescado, puedes encontrar puestos con comida variada Lituana. Hay donde elegir.
No obstante, y como ya he mencionado, lo que más abunda es el pescado. Hay puestos en los que simplemente lo venden, ahumado o en escabeche, y otros puestos que los venden para que te los comas allí mismo.
Nosotros aprovechamos para probar el famoso eperlano ahumado y también el pulpo. Un sabor diferente, al que no estoy acostumbrado, pero no esta malo del todo.
Entre puesto y puesto de comida, podrás encontrar muchas tiendecitas de artesanía del lugar. Hay de todo.
Vamos llegando al final de la calle, al mar, y cada vez hay más gente. Cuesta andar sin tropezarte con nadie.
Justo al final hay una gran carpa y un escenario en el que hay previstos varios conciertos. En ese momento están llevando a cabo un concurso muy curioso. Gana el que más tiempo consiga estar con el brazo estirado sujetando un ancla.
Justo al lado de este escenario, el ejército ha instalado un puesto para enseñar el armamento que usa y distribuir folletos. Supongo que con el fin de captar nuevos reclutas. No puedo resistirme a hacerme una foto con el fusil de asalto más mítico de todos los tiempos…
Tras babear un poco, llegamos por fin al final de la calle, la cual termina en un espigón que está hasta arriba de gente, por lo que declinamos seguir andando.
Ya llevamos un buen rato caminando, por lo que nos entra hambre. Volvemos casi al principio para buscar algo con que llenar nuestros estómagos. Nos decidimos por un plato que lleva costillas ahumadas (como no), chukrut y patata asada. También nos pedimos un plato con una especie de tortitas de camarones, pero sin camarones.Y, como no, una fritada del famoso eperlano.
Tras estos suculentos manjares, y debido a que ya hace mucho frío y se hace tarde, decidimos volver al coche y regresar a nuestro querido hogar.
Una curiosidad. Entre los puestos había varios coches que tenían instalados una cafetería en el maletero y que vendían cafés.
Y esto es todo. Fue mucho mejor de lo esperado. Mucha gente y mucho que ver y que degustar. Este año ha caído el día 13 de febrero, sábado. Desconozco si el resto del año coincide con este sábado o si van cambiando las fechas.
Recomendaciones:
- Ve temprano y aparca en cuanto puedas. Luego será muy complicado.
- Prueba todo, ya que, aunque tenga mala pinta visualmente, luego no está tan malo. Incluso hay cosas que están muy ricas jajaja.
- Para los valientes, es tradición bañarse en el mar.