¿Dónde comer en Tallín?

Después de más de dos meses viviendo en esta ciudad, creo que ya conozco suficientes sitios en los que puedes ir a comer, como para dedicarle una entrada solo a este tema. ¿Preparado? Pues vamos allá…

Tallín, es una ciudad cosmopolita, por la que pasan muchos turistas y en la que viven gentes de muchos países. Eso se nota a la hora de comer: puedes encontrar una gran variedad de cocinas (aunque este aspecto se puede mejorar, y mucho).

Voy a hablaros de los sitios que más me han gustado por ahora, para que los tengáis en cuenta si os venís a pasar unos diítas y no sabéis donde comer.

1. Vapiano.

Cocina: Italiana.

Precio: 10-15 euros.

Puntuación: 7

Este restaurante se encuentra situado en el Centro Comercial Solaris (Solaris Keskus) en la calle Estonia puiestee 9.

Tiene una entrada en la planta baja y otra en la primera planta.

Nada más entrar, te dan una tarjeta por persona, la cual usarán luego para ir cargándote las consumiciones que vayas haciendo. Luego os lo explico mejor.

El interior es amplio y luminoso. Hay muchas mesas decoradas con hiervas aromáticas mediterráneas, cuyo aroma impregna el lugar (lo pongo así porque hoy me he levantado en plan poeta, pero la verdad es que no huele nada, a no ser que las toques y te huelas la mano).

No vienen a la mesa a pedirte la comanda, si no que tienes que hacerlo tú. ¿Cómo? Muy sencillo.

Hay un mostrador muy largo con varios carteles: ensaladas, pizza o pasta. Dependiendo de lo que quieras comer, te pones en uno u en otro. Hay varios de cada tipo.

Una vez en ellos (o antes, mejor), verás que tienen unos folletos en estonio y en inglés, con los menús.

Si quieres una pizza, seleccionas la que quieres, te vas a un mostrador de pizza y la pides. Te darán una especie de llavero grande con un número, el cual comenzará a iluminarse y vibrar cuando tu pedido esté listo, para que vayas a recogerlo.

Las pizzas tardan unos 10 minutos, pero merece la pena esperar porque están muy ricas.

Si lo que te interesa es probar pasta (os lo recomiendo encarecidamente), tenéis que seguir el mismo procedimiento. Vais a uno de los mostradores de pasta y…

Antes de continuar, quiero hacer un inciso. Vapiano fabrica su propia pasta fresca. Tienen para ello una máquina diseñada por ellos mismos y un colega que no para de sacar de la misma pasta de diferentes tipos.

En los mostradores, verás que hay unos carteles en el que aparecen los diferentes tipos de pasta que puedes elegir. Esto es lo primero que te van a preguntar.

Luego, tendrás que elegir como quieres la pasta. Tienen desde las clásicas salsas boloñesa o carbonara, hasta otras menos comunes (todas para chuparse los dedos).

Cuando terminas de pedir (también te preguntarán qué bebida quieres en este mostrador), no te entregan el llavero vibrador. Con la pasta es diferente, y esta diferencia es lo que más me gusta de este lugar: la preparan directamente delante tuya.

El/la cocinero/a, cogerá del mostrador que tiene a sus espaldas una bolsita con tu ración de pasta fresca elegida, y la pondrá a cocer. Mientras, en una especie de wok, irá preparándote la salsa.

En cuestión de minutos tienes delante un delicioso plato de pasta fresca recién preparada. ¡Qué rico!

Para los postres hay otro mostrador aparte, en los que tienes gran variedad. En este mostrador también sirven bebidas alcohólicas (vino, cerveza…).

Si eres chocolatero, te recomiendo la «muerte por chocolate». Con ese nombre, sobran las explicaciones.

Si no te gusta el chocolate, como es mi caso, tienes mucho más donde elegir: tarta de queso, helados, panacota, tiramisu…

Todo muy rico y muy fácil, ¿verdad?. Y tu te preguntaras… ¿y para qué sirve la dichosa tarjeta que te dan al principio? Ha llegado el momento de desvelar el secreto.

En cada mostrador, hay unas máquinas, un tanto extrañas…

Estas máquinas sirven para cargarte en tu tarjeta las consumiciones que vas haciendo. Cuando te entreguen lo que has solicitado, te pedirán que pases la tarjeta por un lector situado en esta máquina. Con ese sencillo gesto, en tu tarjeta quedará grabado el importe del mismo.

Cuando termines de comer y vayas a salir del restaurante, solo tendrás que entregar la tarjeta en el mostrador de salida, allí te dirán a cuanto asciende el importe total. Pagas y te vas.

Para que os sirva de referencia, las veces que he ido no he pagado más de 14 euros, habiendo comido un plato de pasta, bebida y uno (o dos) postres. Las pizzas rondan los 7-8 euros, y los platos de pasta desde 5,5 a 7,5. Los postres 2-3 euros.

En resumen. Un restaurante muy original, donde puedes comer una pasta fresca deliciosa que te prepararan delante de ti, y con unos precios muy asequibles. ¡Os lo recomiendo!

 

Cocina: Alemana/Estonia

Precio: 15-20 euros.

Puntuación: 8

Este restaurante se encuentra situado en la calle Dunkri 5, en pleno casco antíguo de Tallín.

Las entrada esta decorada con unas banderas y un barril de cerveza, así que es fácil encontrarlo.

El restaurante está decorado como un típico restaurante alemán. Tienen mucho sitio, por lo que no hace falta reservar (normalmente). Suelen tener música en directo, y algunos días, incluso bailes populares.

Esta dividido en tres grandes zonas. La cocina/parrilla gigante, una zona de mesas alargadas, y otra que parece un pequeño pueblecito muy chulo. La verdad es que se lo han currado mucho con la decoración.

El procedimiento es sencillo. Entras, te sientas y esperas a que vengan a pedirte la comanda.

Importante reseñar antes de nada la posibilidad de sacarte una tarjeta por un precio módico de 10 euros, que te permitirá tener un descuento siempre del 10% en la comida, un 15% en el periodo comprendido entre 3 días antes y 10 después a tu cumpleaños, y un 50% en cervezas.

La cerveza la fabrican en el mismo restaurante, y la oferta va variando. Basta con preguntar cual está de oferta, y te lo indican. Si tienes pensado ir varias veces, merece la pena sacarte la tarjeta, ya que con sólo una, el descuento le afecta a todos los que vayan contigo. Así que pagas los 10 euros, sacáis la tarjeta a nombre de alguien (a ser posible, con cumpleaños a la vista) y la podéis disfrutar todos siempre. Si solo vas a ir una vez, no te la saques, ya que los descuentos comienzan a ser efectivos la siguiente vez que vayas.

Tenéis menús en inglés, lo que facilita algo la elección. Son muy originales, con forma de jarra de cerveza.

Solo de cervezas, tienen una gran diversidad. Si tienes tarjeta, es fácil elegir, porque suele haber oferta en dos o tres tipos, generalmente las de la casa (que está bastante rica, por cierto).

Tras haber ido «un par de veces» os aconsejo los siguientes platos: entrecot con verduras, costillas de cerdo con cebolla, costillas picantes, codillo, magret de pato, y las pizzas. Los entrantes están muy ricos también, pero la verdad es que las raciones son tan grandes, que si te pides entrantes, luego lo lamentarás.

Baste como ejemplo decir que cuando vamos cinco personas, pedimos cuatro platos, y nos quedamos más que satisfechos. Para comerte tu solo una ración de costillas con cebolla o un codillo, tienes que ser un superhombre, o el presentador de crónicas carnívoras.

El magret de pato esta bien para una sola persona. Lo mismo sucede con las costillas picantes (aunque la verdad es que mucho no pican).

Las pizzas, además de tener un tamaño considerable, tienen una masa superfina. Te las comes sin darte cuenta.

El precio, dependerá mucho de las cervezas que te tomes. Si no te pasas mucho (o si tienes el descuento de la tarjeta), te puede salir a unos 15 euros por persona. Como referencia, el plato de costillas gigante, sale a 18 euros.

 Resumiendo, sitio muy recomendable si te quieres poner hasta arriba de comer por un precio aceptable. También es un buen sitio para comer en el centro, si no has podido reservar en ningún lado, ya que suelen tener sitio de sobra. Totalmente recomendable!

Os recomiendo las costillas «Rockefeller». Se trata de un plato enorme de costillas, tan grande que dos personas pueden comer perfectamente. De entrante tenéis los típicos jalapeños, dedos de queso o pollo, quesadillas… Las alitas de pollo picante están para chuparse los dedos.

Es recomendable reservar, sobre todo si queréis ir a comer en fin de semana, ya que suele ir mucha gente. Para ir a tomar una cerveza no es necesario.

Tras haber ido varias veces, os recomiendo varios entremeses (pan de ajo, empanadillas rusas con crema agria, palitos de pollo con ajo y limón), las costillas, el magret de pato y el salmón. Podéis mirar el menú completo aquí.

Resumiendo, es un buen lugar al que ir a tomarte una cerveza o a comer. Es de los que suele estar lleno, así que mejor reservar con antelación. Como las raciones son normales (no extragrandes como en el Beer House), no es mala idea pedir unos entremeses, que además, están muy ricos. El precio es asequible, dependiendo como siempre de la cantidad de cervezas que te tomes. Os lo recomiendo.

Para acceder a él, solo tenéis que subir unas escaleras que se encuentran a la derecha de las taquillas.

Nada más subir verás a la izquierda la cocina, abierta a la vista del público, con una barra donde puedes sentarte a comer, y el salón que es una especie de terraza con mesas blancas.

Nada más sentarnos, nos traen el menú y pedimos las bebidas. Hemos venido a este lugar porque queríamos probar el ramen, que es un plato típico japonés.

Como podéis ver, la carta no es muy extensa. Tienes unos cuantos tipos de ramen, sashimi, noris, sushi y un par de postres.

Nos decidimos por pedir un cuenco de ramen, un plato de tempura y un variado de sushi. La camarera nos pregunta sobre si queremos el cuenco grande o pequeño. Tras traernos uno de cada para que los veamos, elegimos el pequeño. El grande es enorme y con eso debes comer ya.

En primer lugar nos traen la sopa de miso que viene acompañando al variado de sushi. Esta calentita y muy rica.

Un poco más tarde nos traen el ramen: Shio y Akamitso (muy picante).

Están muy calientes, por lo que tenemos que esperar un poco. Están realmente buenos, aunque el Akamitso pica demasiado.

Luego llega la tempura de langostinos. No esta nada mal tampoco.

Para finalizar nos traen el variado de sushi. Doce piezas de varios tipos. Hemos ido varias veces al sushi bar del que os hablaba antes, y la verdad, al ver este que nos han traido, nos ha decepcionado. Solo la apariencia echaba para atrás. El sabor, no era para tirar cohetes tampoco. En resumen, un sushi muy normalito, tirando para malo.

Me gusta mucho el sushi, por lo que el hecho de que este esté tan regular (siendo benévolo) hace que la puntuación de este restaurante sea baja.

No obstante, es la primera vez que vengo, y hemos visto en las mesas de alrededor otros platos que tenían muy buena pinta, por lo que esta puntuación es temporal a falta de que pueda volver a probar otras cosas. Lo que si tengo claro es que no es el mejor sitio para ir a comer sushi.

Una curiosidad que me ha gustado mucho, ha sido una tarjeta que me han entregado junto con la cuenta.

Aunque no me haya ido muy contento con la comida, estas palabras me han hecho sentir mejor. Me parece una idea muy ingeniosa.

7. Rataskaevu 16.

Cocina: Estonia.

Precio: 15-20 euros.

Puntuación: 9

Situado en la calle que lleva el mismo nombre, este restaurante es uno de los que más me han gustado.

Y no solo a mí, ya que está siempre lleno. Si quieres ir tienes que reservar, si o si. A no ser que vayas solo, o en pareja, ya que entonces, con un poco de suerte, encontraras sitio. Si vais en grupo, hazme caso: reserva con antelación.

Se trata de una casa antigua y tienes mesas en varias habitaciones. A mi me gusta especialmente una que está en la planta superior y que da a la calle. Es como estar comiendo en el salón de tu casa.

El menú, el cual puedes consultar aquí, no es muy amplio, pero si rico y bien presentado. Como cosa especial, puedes probar un filete de alce, que no está nada mal. Os lo recomiendo.

Además del alce, tienen una tabla de quesos muy buena. El salmón y la ensalada de pato también están para chuparse los dedos. En Tallín encontrarás muchos sitios en los que te sirven salmón, pero como aquí, en ningún lado.

Aunque una de las cosas que más me han gustado, por muy raro que os parezca es… el pan!

Lo ponen calentito, como recién hecho, y está tan rico que no te cansas de comerlo.

Entre los postres, y para los que os guste el chocolate, os recomiendo el pastel caliente de chocolate. Es como un pastelito de chocolate, relleno de chocolate caliente líquido.

Resumiendo, es un lugar muy bueno para ir a comer o cenar, en pareja o con amigos, con el único problema de tener que reservar con antelación si quieres asegurarte el tener sitio. Alguna vez hemos tenido que reservar hasta con una semana y pico. El resto, todo bueno: la presentación, el sabor y el precio. Para mi, el mejor sitio de Tallín.