Viaje a Escocia

Viaje a Escocia

(14 al 21 de abril de 2006)

Este fue unos de los primeros viajes que hice con mi famosa «furgo». Con un grupo de amigos pasamos una semana inolvidable recorriendo las tierras escocesas. ¡Cuántos recuerdos!

 

bandera de Escocia

 

Nuestra idea era recorrer en coche todo lo que nos fuera posible, sin tener nada pre planeado. Lo único que reservamos de antemano fue el alojamiento de la primera noche. Para el resto utilizaríamos la extensa red de hostales disponibles en Escocia. Teníamos un número de teléfono en el que llamabas, indicabas la zona por la que ibas a llegar a dormir, y te reservaban en el hostel más cercano. Este servicio es muy cómodo y te da mucha flexibilidad a la hora de viajar a tu bola. Actualmente podéis encontrar este servicio también en internet, en una página de hostales en Escocia.

Nuestra rutina pues, era conducir por donde nos apetecía, parar a ver lo que nos llamaba la atención, y a medio día, llamar al teléfono y reservar alojamiento cerca de dónde preveíamos que íbamos a acabar el día.

 

Primera jornada: atravesando el Canal de la Mancha.

Tras mirar varias opciones, vimos que la que nos salía mas barata era coger un ferry desde Boulogne-sur-Mer (Francia) hasta Dover (Inglaterra). Hay varias compañías, pero lo hicimos con Speed Ferries. El precio del coche y de los 5 pasajeros nos salía muchísimo más barato que coger el tren, y venía a tardar más o menos el mismo tiempo (unos 50 minutos).

Llegamos pronto a Boulogne-sur-Mer así que nos dirigimos a la playa a pasar el tiempo. No hacía muy buen tiempo, de hecho estuvo lloviendo casi de continuo, por lo que no pudimos disfrutar mucho. Cuando se acercaba la hora, nos dirigimos al puerto donde, tras esperar un poco, pudimos embarcar. Cuando el barco salía de la bocana, comenzaba a anochecer

 

 

Casi una hora después, nos encontrábamos en Dover. Era de noche y todo lo cubría una niebla muy espesa. Apenas se veía nada. El hecho de tener que conducir por la izquierda nada más bajar del barco, con estas condiciones, y que para salir del puerto hubiera que pasar por multitud de rotondas (que también hay que cogerlas en sentido contrario a lo que estamos acostumbrados), le dio un toque de «aliciente» a nuestra llegada.

Dover

 

Nuestro primer objetivo era «The Angel & Harp«, un restaurante donde también tienen algunas habitaciones a buen precio.

 

 

Conclusiones:

  • Sale más barato atravesar el Canal de la Mancha en barco que en tren y lleva más o menos el mismo tiempo.
  • Es importante mentalizarse de que al salir del barco en Dover, ya estás en Inglaterra y se conduce por la izquierda. Si no lo haces, es de noche y hay mala visibilidad, es muy posible que en la primera rotonda te des un buen «susto».
  • Si no has conducido nunca por la izquierda, no te preocupes, ya que en un rato te acostumbras y es como si lo llevaras haciendo toda la vida.
  • Si vas a tu bola, el teléfono de la central de hostales es muy útil. Te da total libertad de movimiento.
  • Hay otra página en donde puedes reservar alguno de los albergues juveniles de Escocia.

Segunda jornada: bienvenidos a Escocia!

Tras pasar la noche, por fin comenzaba nuestra aventura. ¿Hacia dónde vamos? esta vez lo teníamos muy claro: rumbo norte! lo primero era llegar a Escocia.

 

Ya casi estamos...

 

Hoy pasaríamos casi todo el día en carretera. Lo que queríamos era llegar a Escocia lo antes posible y para ello, nos quedaban muchos kilómetros por delante. Aprovechamos el viaje para ir hablando sobre qué lugares nos gustaría visitar, y para ir trazando en nuestro mapa lo que podría ser una ruta adecuada para los días que teníamos. Sin darnos casi cuenta, llegamos a Escocia y continuamos adentrándonos hacia el primer hostal que habíamos reservado (Rowardennan Youth Hostel). Llegaríamos al anochecer tras recorrer una carretera secundaria no en muy buen estado.

 

Ahora ya estamos en Escocia!

 

 

Conclusiones:

  • Aunque parezca un día perdido, ya que únicamente vimos carretera, pudimos hablar mucho sobre el viaje, y tener una idea general de lo que queríamos hacer. Sobra decir que nos reímos mucho y que el simple hecho de estar juntos ya era una parte importante de nuestro viaje. A mi me sirvió para empezar a conocer a algunos de los miembros del grupo que no conocía de antes, y con los que al final del viaje llegamos a tener una gran amistad.
  • La «furgo» comenzó a demostrar que iba a ser el medio de transporte ideal para este tipo de viajes. Gracias a que se podía configurar a nuestro antojo y el disponer de 8 plazas, hizo que viajar solo 5 personas se hiciera muy cómodo.

 

Tercera jornada: Rumbo norte!

Tras levantarnos, decidimos que era un buen día para hacer una caminata por los alrededores. El lugar, junto al lago Lomond tiene unas vistas muy bonitas. Así que dicho y hecho: a caminar!

 

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Tras el paseo, recogimos nuestras cosas y continuamos viaje. Al poco de salir, hicimos una parada en boxes para reponer fuerzas en un bonito restaurante de Balmaha. Nos tomamos unos pasteles y unos cafés, y a conducir…

 

 

Continuamos rumbo noroeste, pasando por Helensburg hasta llegar a Inveranay. Aquí hicimos otra parada para disfrutar de sus calles y sobre todo, de su castillo. Primer castillo que vemos en Escocia.

 

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Se nos iba echando la tarde encima, así que continuamos hacia Oban, nuestro objetivo para esta noche. De camino, hicimos otra parada en Kilmartin, donde pudimos ver su antiquísima iglesia y una zona con algunos dólmenes. No era Stone Henge, pero para empezar nos estaba nada mal.

 

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Seguimos camino para llegar, ya de noche, a nuestro alojamiento, el Oban Youth Hostel. Hasta ahora tuvimos suerte ya que, aunque las habitaciones de los albergues solían ser de seis camas (como poco), al ir cinco personas, nos dejaban una habitación entera para nosotros solos.

Oban Youth Hostel

 

Cuarta jornada: las carreteras grises…

Continuamos hacia el norte. Tras mirar mucho nuestro mapa, y medir distancias y tiempo que nos queda, hemos decidido que llegaremos hasta el Lago Ness y ahí comenzaremos a bajar de nuevo. Aun nos queda mucho por ver, así que… adelante!

La primera parada del día la hacemos en Portnacroish. Allí pudimos disfrutar de la vista del famoso Castillo Stalker.

 

Castillo Stalker

Nuestra siguiente parada fue el Castillo antiguo de Inverlochy. Está medio destruido, pero aun conserva una estructura que te hace imaginarte como habría sido en el pasado.

 

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Tras la llamada de rigor, decidimos que esa noche la pasaríamos en el Broadford Youth Hostel (en Broadford, Isla de Skye). Para llegar allí, teníamos que coger otro barco, así que nos dirigimos al puerto de Mallaig, donde otro ferry nos trasladaría a la Isla de Skye, al puerto de Armadale.

 

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Ya estábamos en la Isla de Kye! aprovechamos para hacer una parada para comer. Llevábamos bastante comida en la furgo, y algunas veces lo que hacíamos era comer en la carretera. Una paradita, se pliega un sillón para obtener una mesa improvisada, y a comer se ha dicho.

 

 

Una vez saciados, tocaba visitar el Castillo de Armandale, que se encontraba muy cerca de dónde estábamos.

 

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Tras visitar este castillo, se nos plantea una duda. Para llegar a Broadford podíamos continuar por una carretera principal, o tratar de recortar por unas carreteras más pequeñas que en nuestro navegador venían de color gris.

Decidimos «recortar» por las carreteras grises, ya que así llegaríamos antes y la noche se nos echaba encima. Creo que fue la mejor decisión de todo el viaje. Como os podéis imaginar, no solo no recortamos tiempo, sino que llegamos mucho más tarde de lo esperado. Pero no nos importó lo más mínimo. Estas carreteras grises, en realidad no eran más que caminillos tan estrechos por los que no cabían dos vehículos a la vez. De vez en cuando había una especie de apeadero a un lado para que si tenías la mala suerte de encontrarte un camino de frente, uno de los dos pudiera apartarse del camino mientras pasaba el otro. Esto nos paso alguna vez, pero fue muy divertido.

El rato que estuvimos conduciendo por las carreteras grises fue el más divertido de todo el viaje y nos dio la oportunidad de conocer la «Escocia Profunda».

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Creo que es momento de hablaros de nuestros «navegadores». Yo en la furgo llevaba uno electrónico, Garmin, gracias al cual no tuvimos muchos problemas para movernos sin perdernos durante todo el viaje (o casi). Además de este navegador, teníamos otro (en este caso, otra), no menos eficaz. Creo que la foto lo explica perfectamente. Con su inseparable mapa, hacía a la vez de navegante y de historiadora, recogiendo en su libreta todos los datos de nuestro viaje.

 

Castillo de Stirling

 

Al anochecer, después de uno de los mejores días de lo que llevábamos de viaje, llegamos a nuestro alojamiento: el Broadford Youth Hostel y con esto se acababa otro día.

 

Broadford

 

Quinta jornada: Castillo Eilean Donan y Lago Ness.

Que pronto se pasa el tiempo. Ya llevábamos cinco días y ni nos habíamos enterado. Hoy queríamos ver dos lugares en especial: el Castillo Eilean Donan y el Lago Ness, donde haríamos noche.

Decidimos continuar por algunas carreteras grises bordeando la costa, ya que en esa zona era muy escarpada y con altos acantilados.

 

Tras un rato disfrutando del paisaje, volvimos a coger la carretera principal, y tras conducir un buen rato, llegamos por fin a nuestro primer destino: el famoso Castillo de Eilean Donan. Seguramente lo conoceréis ya que aparece en varias películas, entre ellas «los Inmortales», o «Braveheart».

 

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Tras visitar el castillo, continuamos directamente a nuestra última parada de hoy: el Lago Ness. Como todos los días, utilizamos el teléfono de reserva de hostales para pillar uno que se encuentra justo en la orilla del famoso lago. ¿Veremos a Nessie?

Unas horas después llegábamos a nuestro albergue, por la tarde, por lo que tuvimos tiempo de dar un pequeño paseo a la orilla del lago, prepararnos algo de cena en la cocina del hostal y relajarnos un poco. Tanta carretera se notaba, sobre todo en el conductor habitual (el que suscribe).

 

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Sexta jornada: Rumbo Sur!

Nuestro objetivo de hoy era llegar a Edimburgo. Nos quedaba un largo trecho por delante, así que nos levantamos temprano.

Antes de irnos, nos dimos un paseo matutino por los alrededores del Lago. Seguíamos sin noticias de Nessie. ¿Donde estaría? Desde las alturas, pudimos observar que el Lago Ness era inmenso, casi un mar. Normal que no viéramos a Nessi. Estaría escondido por ahí.

 

 

Tras el paseito, continuamos camino, esta vez hacia el sur. Objetivo: Edimburgo.

De camino paramos para comer algo en Drumnadrochit, donde pudimos probar los famosos Haggis (plato típico escocés a base de asaduras de varios animales, mezcladas con cebollas, harina y varias especias, todo ello embutido dentro de una bolsa hecha con el estómago del animal y cocido durante varias horas). Estaba muy rico, que conste. La apariencia es similar a una morcilla, pero más grande, aunque el sabor es diferente.

 

Drumnadrochit

 

Cuando ya quedaba poco para que anocheciera, llegamos a nuestro albergue en Edimburgo. Tras descansar un poco, decidimos ir a dar una vuelta para conocer la ciudad por la noche. Encontramos una disco de varias plantas muy chula en la que pasamos un buen rato.

 

Albergue de Edinburgo

 

Séptima jornada: Edimburgo.

Después de la noche de marcha, nos levantamos tarde y recuperamos fuerzas con un desayuno «ligero». Íbamos a emplear toda la mañana en visitar la ciudad ya que por la tarde queríamos ir a ver otro lugar: el Castillo de Stirling.

 

Edimburgo

Lo primero que llama la atención de Edimburgo (capital de Escocia), es que parece que has viajado en el tiempo hasta la edad media. La ciudad vieja, con sus pequeñas calles y sus calles de piedra, hace que sientas que estas en otra época. Tras pasear durante un rato, nos dirigimos a la imponente estructura que domina toda la ciudad: el Castillo de Edimburgo.

Desde el castillo se tiene una bonita vista de toda la ciudad. Merece la pena pasar un buen rato recorriendolo.

 

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No nos podíamos ir de Edimburgo sin hacer algunas compras, así que, tras visitar el castillo, echamos un rato adquiriendo algunos de los productos típicos del lugar (mantas en mi caso).

Tras las compras de rigor, cogimos nuestra querida furgo y pusimos rumbo oeste hacia Stirling. Nada más llegar hicimos una parada para ver el monumento a William Wallace (si, el de Brave Heart). El monumento se compone de una altísima torre que parece sacada de alguno de los capítulos del Señor de los Anillos y de una escultura del tal William. Como ya sabréis, si habéis visto la película, William Wallace fue un político y soldado escocés del siglo XIII que luchó contra el Rey Eduardo I de Inglaterra. Finalmente fue apresado y brutalmente ejecutado.

 

 

A continuación, fuimos a visitar el Castillo de Stirling, situado en la parte más elevada de la ciudad de Stirling.

 

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Octaba jornada: vuelta a casa.

Se acabó nuestro periplo por tierras escocesas. El último día lo empleamos en volver de nuevo a Dover para coger de nuevo el Ferry que nos llevaría a Francia. Durante el camino, tiempo para recordar los buenos momentos pasados, compartir fotos y  experiencias.  ¡Una gran aventura amigos!

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