Nueva colaboración para la sección «Los viajes de mis amigos». En esta ocasión es Raquel quien nos cuenta sus aventuras por la República Checa. Espero que os guste.
Viaje a la República Checa (By Raquel)
(21 al al 27 de julio de 2014)
Llegamos el domingo, 20 de julio, a la 1.30 de la mañana al Aeropuerto de Praga, pero las maletas tardaron una hora en salir. Habíamos contratado un servicio de taxi de habla hispana que nos costó 43€.
El Hotel Beseda Prague está en la Calle Vladislavova, en el Nove Mesto, pero a pie de todos los puntos de interés de Stare Mesto y de Nove Mesto, aunque, para ir al Castillo es mejor tomar el tranvía y no tener que subir la cuesta a pie. El precio por 7 noches fue de 450€, con el desayuno incluido, aunque no tiene aire acondicionado y las camas pueden llegar a ser algo incómodas, a pesar de ser un hotel de 4 estrellas. Además, el cuarto de baño tiene una cortina y la presión del agua requiere de bastante pericia para darte una ducha sin que parezca que estás baldeando un barco.
Lunes, 21 de julio de 2014.
El lunes, nos levantamos para desayunar, tomamos un taxi de la compañía Tick Tack (es la que recomiendo porque es la que usa taxímetro y los precios son razonables, pero tienes que pedirlo por teléfono con antelación) que nos dejó en la Estación de Tren (Praha hlavni nadrazi) y desde donde tomamos el tren a Kutna Hora.
En Kutna Hora, teníamos dos objetivos principales, la Capilla del Osario y la Catedral de Santa Bárbara, ambos Patrimonio de la UNESCO. El Osario es una capilla cuya decoración está hecha de huesos humanos.
La Catedral de Santa Bárbara no sólo es un icono barroco y gótico, sino que, además, está repleta de obras de arte en su interior.
También pudimos ver la Columna de la Plaga, el Colegio Jesuita, la Sinagoga, la Fuente de Piedra, el Convento de las Ursulinas y varias sedes del Museo de la Plata, por el que es también famosa esta pequeña ciudad. Es una visita que, si se tienen días de sobra, es interesante de hacer. El trayecto desde Praga dura unos 55 minutos. El tren para en la estación principal de la que hay que apearse y tomar un pequeño metro que tiene dos paradas, la de Sedlec, para ver el Osario, y la de Kutna Hora mesto, para visitar el pueblo. A la vuelta, se lleva a cabo el mismo procedimiento.
Martes, 22 de julio de 2014.
El martes desayunamos más temprano en el hotel y tomamos el tranvía en la calle Narodní para llegar hasta la entrada del Castillo. Pudimos ver el Castillo, la Catedral de San Vito, la Capilla de San Jorge y demás edificios que se encuentran ubicados dentro del recinto.
Al salir por los Jardines, llegamos a Ke Hradu, desde donde pudimos ver el Arzobispado y el Museo Oriental, especializado en Japón.
En la zona, se encuentran la Iglesia de San Nicolás y la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria o de los Niños.
Además, en esa misma calle, se encuentran el Museo de la Música y el Monumento a las Víctimas del Comunismo.
Después, regresamos hacia el Puente de Carlos por la orilla del río, caminamos por la Isla de Kampe, observamos a múltiples jóvenes pintando en el Muro de John Lennon, cruzamos el Puente de Carlos y visitamos el callejón de la Plata, dentro del Castillo, el cual es gratuito a partir de las 6 de la tarde.
Miércoles, 23 de julio de 2014.
Este día lo dedicamos a Stare Mesto, la parte vieja de la Ciudad. En principio, nos dirigimos a la Torre de la Pólvora y la Plaza de la República.
Nos dirigimos hacia la Plaza Staromestske. Allí, vimos la Iglesia de Tyn (la cual no se puede disfrutar en su esplendor por las construcciones que se han llevado a cabo a posteriori en sus alrededores), el Reloj Astronómico y la Iglesia de San Miguel.
Después, fuimos al Rudolfinum y al Barrio Judío. Allí, pudimos visitar la Vieja-Nueva Sinagoga, la Sinagoga Española, la Sinagoga Alta, el Museo y la Sala de Ceremonias, además del Cementerio. La única pega es que no puedes sacar fotos.
Jueves, 24 de julio de 2014.
Este día estuvimos visitando Nove Mesto. Me gustaría destacar especialmente el Edificio Danzante y la Plaza de Wenceslao, aunque hay otros monumentos y edificios de interés.
Viernes, 25 de julio de 2014.
Karlovy Vary es una ciudad balneario cuyo aliciente es pasear mientras bebes de las fuentes naturales repartidas por varias Colomnadas. Uno de los motivos por los que me interesaba ir es la Iglesia Ortodoxa de San Pedro y San Pablo que, desafortunadamente, se encontraba en reformas y no pudimos contemplar en su plenitud esta obra arquitectónica más típica de Rusia que de Chequia.
Después, paseamos por el margen del río y disfrutamos de un café en el Gran Hotel Pupp.
Sábado, 26 de julio de 2014.
Hluvoká nad Vltavou es el Windsor checo. Perteneció durante siglos a la familia Schwarzberg. Su última dueña, después de inaugurar la temporada de bailes en Londres, decidió aplicar las reformas que hoy se pueden contemplar.
A la hora de comer, llegamos a Cesky Krumlov, pequeña ciudad medieval que se recorre a pie en una hora y que invita a disfrutar de la vista y relajarse.
Domingo, 27 de julio de 2014.
Karlstejn es otro de esos pequeños pueblos que sorprenden por su tamaño y su belleza. Desafortunadamente, no tengo fotos disponibles en estos momentos. Pero, su castillo, mucho más austero que Hluboka nad Vltavou, ha sido cuna de diversos emperadores europeos, entre ellos, Carlos I de España y V de Alemania. Por ello, os pongo una foto de la web (http://www.hradkarlstejn.cz/en/), para que tengáis una idea.
Y, después de esta visita, tuvimos que decir adiós a la República Checa.
En conclusión, fue un viaje interesante y diferente, aunque, bien es cierto que el carácter de su gente no es precisamente el más predispuesto a ayudar o a tratar bien al turista.
Quisiera dar gracias a Diego por darme la oportunidad de publicar en su blog mi viaje.
Gracias a ti Raquel por compartir con nosotros tu viaje. Quien más se anima?
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La impresión más negativa que me quedó cuando visité Praga fue la tremenda aglomeración turística diaria, sin descanso, que te obligaba a buscar calles alternativas para moverte en las cercanías de la entrada al puente de Carlos.
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Tengo pendiente contar mi viaje a esta bonita ciudad. Coincido contigo en el aspecto negativo: ríos y ríos de gente recorriendo las zonas más turísticas. Yo me limite a ver rápido esas zonas y luego a visitar los alrededores y zonas más alejadas que también tienen su encanto.
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Sí. Más o menos hicimos nosotros. Perderse por Praga hace encontrar verdaderos escondites. Comi en un restaurante cuya decoración eran televisiones viejas con raros muñecos dentro, pero no recuerdo su nombre o localización exacta.
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